Parque Natural de las Sierras Subbéticas
Bajo la denominación de Parque Natural de las Sierras Subbéticas encontramos un espacio protegido por la Junta de Andalucía en 1988, de gran riqueza ecológica y paisajística, con una superficie de 31.568 Ha., distribuido de forma irregular entre ocho municipios de la Mancomunidad: Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Iznájar, Luque, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros.
El elemento más característico de esta zona de media montaña es el hermoso modelado Kárstico de su roca caliza. El terreno, de fuertes pendientes y elevaciones, se alza sobre bellos y estrechos valles.
La vegetación de esta superficie protegida, típicamente mediterránea, es rica en encinas y quejigos, dándose también los arces y almeces. Uno de los grandes atractivos del Parque es la existencia de numerosas especies endémicas -ibéricas, béticas, norteafricanas y locales- y de otras cuyas floraciones se suceden a lo largo del año, como los lirios, los narcisos, las peonías o las orquídeas; junto a ellas destacan una serie de arbustos de gran belleza como el lentisco y el acebuche entre otros.
El viajero llegado a estas tierras atravesará sierras de gran importancia geológica, con paisajes contrastados y bellos que ofrecen características muy especiales para los visitantes. Destacan principalmente la Sierra de Cabra, que fuera declarada en 1.929 "Paraje de interés natural". La cima más alta de la misma, conocida como El Picacho, se encuentra a una altitud de 1.217 metros.
El Picacho está considerado como el "Balcón de Andalucía", pudiéndose divisar desde éste en días despejados no sólo las cumbres más importantes de la Subbética, sino la cordillera de Sierra Nevada. La Sierra de Cabra ofrece interesantes formaciones geológicas como el Lapiaz de los Lanchares.
El Parque Natural encierra en su interior el pico más alto de la provincia de Córdoba: la Tiñosa, con 1.570 metros. Otras sierras de gran belleza y riqueza geológica son las de Rute y Horconera, en esta última se halla la mencionada cumbre de la Tiñosa junto al pico Bermejo, de 1.476 metros, en ambas estribaciones se podrá observar los vuelos majestuosos del águila real y la perdicera, así como el halcón peregrino y el alimoche. En las cercanías de Rute encontraremos el bello paraje de la garganta del río La Hoz.
En el mencionado al principio macizo de Cabra, en las proximidades del pico Lobatejo y Abuchite, los vuelos del buitre leonado serán protagonistas altivos junto con las collalbas. En la vegetación destacan lentiscos, retama y romero. Otros picos de interés lo forman los Pollos y la Gallinera, cerca de Carcabuey.
Carcabuey
Municipio de la provincia de Córdoba. Su término municipal se encuentra dentro del Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Además la localidad de Carcabuey, existe la aldea del Poblado de Algar. Es un lugar ideal para practicar los deportes de senderismo, caballo, cicloturismo, etc., en permanente contacto con la naturaleza.
Dentro del municipio se han encontrado restos del paleolítico y del neolítico, además de restos ibéricos, romanos y árabes.
En la carretera que va de Priego de Córdoba a la localidad vecina de Cabra y que cruza el término municipal de Carcabuey se sitúa el Centro de Visitantes Santa Rita. En él se ubica un centro de interpretación del Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Se puede ver un audiovisual y una exposición.
El Ayuntamiento está en la localidad de Carcabuey (2.900 Hab.). La población recibe al visitante con su Castillo rocoso, clásico de la Subbética. La fortificación alberga, en su interior, la Ermita de la Virgen del Castillo (patrona de la localidad), cerca de las murallas descubrimos un aljibe romano.
Los templos religiosos son la Iglesia Parroquial de la Asunción (s. XIV), de estilo renacentista, donde, en su interior encontramos piezas de fina orfebrería o imágenes barrocas como el Cristo de Ánimas; la Ermita de San Marcos (siglo XVII); la Ermita de Santa Ana, en su interior se guarda la imagen de la Virgen de la Aurora o la Ermita del Calvario, desde donde divisamos bellos paisajes del Parque Natural de las Sierras Subbéticas.
Fiestas y Gastronomía
El Domingo de Resurrección se festeja la Pascua de los Moraos; del 14 al 17 de agosto las Ferias, a finales del mismo mes tienen lugar las Fiestas de la Aurora. El 7 y 8 de septiembre son las Fiestas Patronales.
Destacamos la gastronomía procedente de la matanza y de la huerta.
El plato más representativo de la localidad es el potaje de "habichuelas amonás" con morcilla negra. Cada época del año cuenta con un plato típico. Así en Carnaval degustaremos el delicioso relleno, en Semana Santa el potaje de garbanzos con bacalao, en invierno los productos procedentes de la matanza del cerdo (jamones, chorizos, morcilla, chanfaina, etc). En verano tenemos los estupendos gazpachos. Durante todo el año podemos degustar unas magnificas albóndigas de pescado.
La repostería también es rica en platos, destacando los mostachos de aceite o manteca que se comen en Navidad, o los pestiños y empanadillas en Semana Santa. Durante todo el año podemos disfrutar de la pastelería artesanal (roscos de vino, rosquetas y hojaldres).
El municipio forma parte de la zona de producción de un producto que sobresale por su calidad: el Aceite de Oliva Virgen Extra.
El Parque Natural de las Sierras Subbéticas presenta diferentes rutas senderistas y de montaña que permitirán contemplar la belleza y singularidad de este espacio ecológico, rutas que posibilitan el conocimiento de una
fauna y flora de gran variedad.
Iznajar
Castillo de Iznájar
En la parte más alta del Barrio de La Villa, el Castillo de Iznájar, símbolo y génesis de la localidad que comenzó su
construcción hacia mediados del siglo VIII, probablemente por constructores hispanogodos, continuándose con sucesivas reconstrucciones y ampliaciones hasta el siglo XV. De origen árabe da nombre a la localidad, derivando del sustantivo “hisn” (castillo) y del adjetivo “al-ashar” (alegre).
No fue hasta el siglo X cuando se configuró la planta que actualmente presenta, en el XI se elevaron los muros que rodean el patio de armas y se construyó un primer recinto que fue reforzado en el período nazarí abarcando el actual barrio de la Villa.
El segundo recinto amurallado, ya completamente nazarí, se acomodó al terreno para su aprovechamiento y se reducían sus construcciones a las puertas y algunos lienzos de muro en las laderas de la roca sobre la que se asienta la localidad.
El castillo se transformó como vivienda del administrador del duque de Sesa en el siglo XVIII manteniendo esta función hasta el siglo XX, siendo adquirido a sus últimos propietarios (el Conde de la Revilla y hermanos) por el Ayuntamiento en 1991 pasando a formar parte del patrimonio local.
Tras la intervención arqueológica realizada por la Junta de Andalucía se ponen en marcha las obras de restauración en el monumento. Las obras de recuperación del patrimonio histórico, comenzadas en marzo de 2007, fueron consecuencia de la inversión municipal, la colaboración de la Diputación Provincial de Córdoba a través del “Programa de Recuperación de Patrimonio Histórico” y del convenio suscrito a través del denominado “fondo del 1% Cultural” dentro de las actuaciones aprobadas en 2007 por la Comisión Mixta formada por el Ministerio de Fomento y el Ministerio de Cultura.
Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol
La Parroquia de Santiago Apóstol, en lo más alto de la villa, domina con sus imponentes masas de cantería. Es una obra inacabada y desarrollada desde 1547 a 1638 que constituyó un ambicioso proyecto renacentista cuya autoría se atribuye a Hernán Ruiz el Joven. Una amplia restauración, llevada a cabo desde el Obispado con la colaboración del Ayuntamiento y la Consejería de Empleo y con el patrocinio de Cajasur, durante los años 2005 a 2008 le ha devuelto su esplendor.
La iglesia parroquia proyecta su imagen sobre el peculiar cementerio de Iznájar, que se configura como un pequeño pueblo construido con las limitaciones impuestas por el lugar, en el que sus desniveles y pronunciadas cuestas se salvan con pequeñas terrazas y escalones.
Biblioteca Pública Municipal
En la misma plaza del castillo, Plaza de Alí Ben Cacín, un antiguo pósito construido en la época de Carlos III, fue reconvertido como Biblioteca Municipal, apreciada tanto por su número y calidad de volúmenes como por su arquitectura.
Ermita de "La Antigua"
Construcción del siglo XVII, una gran nave abovedada al final de la cual aparece un grandioso camarín del siglo XVIII, que ofrece la peculiaridad de formarse en su cubierta nueve tramos con ocho bóvedas y una cupulita central, elevado en cuatro columnas, lo que le otorga un carácter especial dentro del repertorio de camarines de la provincia, normalmente reducidos a simples recintos cuadrados u octogonales. En su interior se encuentra la imagen de la Virgen de la Piedad, Patrona de Iznájar.
Nuestra Señora de la Piedad es una figura de barro cocido policromado estéticamente enmarcada en la corriente flamenco-borgoñona. La imagen parece estar datada en los años centrales del cuatrocientos, la obra guarda semejanza con las de Lorenzo de Mercader o Mercadante de Bretaña que trabajó en Sevilla entre 1453 y 1467. Su autoría hay que atribuirla a algún artista seguidor del citado maestro por estos años.
Patio de las Comedias y San Rafael
Dentro del recinto murado, a la derecha queda el Patio de las Comedias, cuyo nombre le viene de las representaciones teatrales que aquí se hacían en otro tiempo, al fondo un pequeño mirador junto a una de las torres del recinto sobre la que se encuentra una imagen de San Rafael.
Museos Locales
Justo en la entrada del recinto amurallado del castillo se encuentra la Casa de la Juventud, sede de los museos locales.
Con el museo de aperos de labranza y tradiciones populares, creado en 1996 por iniciativa municipal, se ha pretendido reunir una parte considerable del patrimonio etnográfico y cultural del municipio: aperos y herramientas agrícolas, y la artesanía tradicional o cerámica que recrean los modos de vida en los cortijos y casas de campo en otros tiempos.
Junto al anterior se ubican los museos de artes y oficios, creados en 2007 y que han querido rendir homenaje a esos oficios ya desaparecidos recreando el interior de una talabartería, de una tradicional barbería y también una fragua de herrería, oficios que en otros tiempos fueron seña de identidad de la población iznajeña.
El Área de Cultura del Ayuntamiento de Iznájar y las donaciones de familias de la localidad, con la dirección de Rafael Quintana, han hecho posible que a través de los museos de artes y oficios el visitante pueda revivir un periodo de la historia cultural del municipio, mostrando el modo de vida y como transcurría la existencia cotidiana en la localidad iznajeña hasta que las nuevas formas de vida fueron arrinconando esta riqueza patrimonial que se expone en ellos. La visita a los museos en la Casa de la Juventud se completa con el museo de esculturas naïf Antonio Cañizares, que desde el año 2005 tiene reservada una sala donde se expone una muestra perenne de la obra del desaparecido y singular artista iznajeño donde su arte puede ser apreciado y disfrutado por todos.
La Sala Museo "Antonio Quintana" se ubica en pleno centro del conjunto histórico del emblemático barrio de La Villa, junto a la plaza de Muhamad ben Cabeha, y que inaugurada el día 7 de julio de 2010 recoge una parte importante de la trayectoria del artista iznajeño.
CABRA
TURISMO
Recorrido turístico por la población de Cabra
En la villa encontramos monumentos de cierto interés, especialmente Castillo, Iglesia de la Asunción y Ángeles, Convento de las Agustinas, Parque de la Fuente del Río, Castillo de los Duques de Sessa y Murallas, Casa Numero 3 de la Calle Juan de Ulloa (Casa Natal de Juan Valera) y Restos de la Muralla medieval.
Las fiestas más importantes de Cabra son Semana Santa en Cabra (En abril), San José Obrero en Cabra (1 de mayo), Romería Nacional de Gitanos en Cabra (En junio), Natividad de Nuestra Señora en Cabra (8 de septiembre) y Día de Andalucía (28 de Febrero).
ZUEROS
La cueva de los murciélagos y Zuheros
A cuatro kilómetros de Zuheros , en la cima del Cerro de los Murciélagos, se encuentra la cueva también denominada de los Murciélagos, evidentemente por ser estos mamíferos sus moradores. Se trata de un yacimiento neolítico, conocido internacionalmente por su gran valor arqueológico, en el que se encontraron las primeras manifestaciones del arte del Paleolítico Superior en la comunidad.
Además de la cueva, las blancas fachadas de Zuheros merecen una visita. La localidad alberga una famosa fortaleza que junto con las murallas de la villa, representa un buen ejemplo de estructura defensiva medieval, que podría encuadrarse entre mediados del siglo XII y XI.
FUENTE TÓJAR
El municipio de Fuente Tójar se encuentra en la provincia de Córdoba.
El Ayuntamiento se encuentra en la localidad de Fuente-Tójar (842 habitantes), de la que el destino quiso hacer un lugar privilegiado para el estudio de esa etapa de transición que fue la Protohistoria.
Los monumentos religiosos son la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario (siglo XVIII), de estilo barroco y en su interior se encuentran numerosas imágenes barrocas, destacando la de San Isidro. En lo alto de la población se encuentra la Ermita del Calvario.
En el Museo Arqueológico, se guardan piezas halladas en "El Cerro de las Cabezas", objeto de posible visita y lugar de asentamiento de un poblado ibero-romano.
Podemos subir a un mirador (en el mismo pueblo) desde donde se pueden ver excelentes vistas de la población y su término municipal.
Fuente Tójar es conocida por sus peculiares "Danzantes" y su danza que se ejecuta en la Feria de San Isidro (15 de mayo), que data del siglo XII. El 19 de marzo se celebra San José. Las Fiestas de La Alcaparra, tienen lugar el 2º domingo de agosto. Y el 7 de octubre celebra a la Virgen del Rosario.
RUTE
El origen de la ciudad se remonta a la época islámica. Se han encontrado restos en la zona de un antigua fortaleza de esta época. Sufrió las vicisitudes propias de los pueblos fronterizos, cambiando de manos en numerosas ocasiones. El infante Pedro se apodera de Rute hacia 1315 repoblándola de cristianos. En 1323 pasa nuevamente a manos árabes, reteniéndola hasta 1341, año en que Alfonso XI la incorpora a la corona. Posteriormente, volvió a manos de lo árabes. En tiempos de Juan II fue conquistada por Sánchez de Barrionuevo, repoblándola con colonos de Segovia.
Pasó a depender del condado de Cabra en 1466, y poco después al ducado de Sessa. La industria del aguardiente comienza a desarrollarse a partir del siglo XVII. En la ciudad vivió el poeta Rafael Alberti durante el año 1926.
Los primeros datos sobre el municipio los encontramos en la época islámica. Así lo demuestran los restos encontrados de un antigua fortaleza de esta época. Sufrió las vicisitudes propias de los pueblos fronterizos, cambiando de manos en numerosas ocasiones. El infante Pedro se apodera de Rute hacia 1315 repoblándola de cristianos. En 1323 pasa nuevamente a manos árabes, reteniéndola hasta 1341, año en que Alfonso XI la incorpora a la corona. Posteriormente, volvió a manos de lo árabes. En tiempos de Juan II fue conquistada por Sánchez de Barrionuevo, repoblándola con colonos de Segovia. Pasó a depender del condado de Cabra en 1466, y poco después al ducado de Sessa. La industria del aguardiente comienza a desarrollarse a partir del siglo XVII. En la ciudad vivió el poeta Rafael Alberti durante el año 1926.
Es una ciudad que recibe al viajero con el aroma de sus ricos dulces de Navidad. En este sentido las destilerías de anís constituyen una tradición de gran solera.
PARA VISITAR:
- Rute el viejo
- Ruinas de la fortaleza abandonada en 1433
- Torre del Canuto
- Torre musulmana desde la que se puede disfrutar de uno de los mayores atractivos de Rute => el paisaje
- Zambra
- Ruinas de un castillo medieval
- Museo del Anís => Donde tendremos la oportunidad de contemplar la evolución e historia de este sector
- Monumento al Anís
- Aldeas => Hay varias aldeas en los alrededores de Rute. Garganta de la Hoz. Es un paraje de gran belleza.
LUQUE
NEOLÍTICO EN LUQUE.
01/09/11
En el año 2001 nace en Luque el proyecto Luque Tierra de Fronteras, con el ambicioso propósito de ser una guía de gestión en lo referente al patrimonio luqueño.
Dentro de este proyecto estaba la realización de un Museo Municipal. Objetivo que se vio cumplido en el año 2004 con la inclusión del Museo Municipal Luque Tierra de Fronteras en el Registro de Museos de Andalucía.
En el casco urbano de Luque, cerca del Museo Municipal, existe una pequeña cueva llamada de la Encantada. En la misma se han realizado diferentes campos de trabajo nacionales, en la actualidad se está acabando el sistema de iluminación por parte del módulo de Energías Renovables del Taller de Empleo que se está desarrollando en Luque, y sobre la misma está proyectado la realización de pinturas murales neolíticas con los motivos que han sido encontrados en otras cuevas y covachas de la localidad que están en lugares de difícil acceso, un sistema educativo por medio de sombras proyectadas y grabaciones. El proyecto de puesta en valor de esta cueva también estaba reflejado en el proyecto Luque Tierra de Fronteras.
En la actualidad se está realizando un libro para su posterior publicación sobre las pinturas murales neolíticas en Luque por parte de José Antonio Mora, espeleólogo reconocido, perteneciente al grupo baenense GAEA, y por Francisco M. León Cruz, director del Museo Municipal Luque Tierra de Fronteras. Cabe destacar que se ha encontrado en nuestro término una pintura única en el mundo por el motivo que representa.
En la entrada de la cueva o bien en la puerta del museo, junto a la línea de murallas, en una explanada existente, se piensa hacer talleres para colegios sobre cómo era la pintura en esta época en la que los niños que vengan en visitas concertados con los colegios podrán pintar a la usanza de la época. Con los trabajos realizados se hará un gran concurso anual en el que se elegirán los mejores trabajos que serán expuestos en una gran exposición, dando gran difusión a nuestro proyecto.
Hace un par de años, tras un convenio entre el Ayuntamiento de Luque y el grupo de espeleología G 40 para hacer un inventario de las cuevas y cavidades de Luque, se encontró una cueva en la que existían gran cantidad de artefactos en superficie, incluso la existencia de muros para aterrizar, de ahí la denominación que se le puso a la cueva “de los Muros”. En la actualidad está redactado el proyecto arqueológico de recogida de materiales superficiales de la misma para su posterior exposición en el Museo Municipal.
El Museo Municipal va a ser ampliado. Dentro del estudio museográfico se ha decidido la realización de una puesta en escena con imitación a una cueva, entrada con un arco de medio punto, no utilización de vanos de luz exterior, el pintado de las paredes en color gris y el juego vendrá con la iluminación de la sala y de las vitrinas.
HORNACHUELOS
Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos
El Parque Natural de Hornachuelos enclavado en Sierra Morena, se ubica en el sector occidental de la provincia de Córdoba. La superficie de 60.032 hectáreas incluye parte de los términos municipales de Almodóvar del Río, Hornachuelos, Posadas, Villaviciosa de Córdoba y en menor medida, Córdoba capital. En su ámbito de protección abunda la encina, en sus zonas más húmedas se dan alcornoques y quejigos y cerca de la Vega del Guadalquivir es frecuente el acebuche.
En cuanto a la fauna, la Sierra de Hornachuelos acoge la segunda mayor colonia de buitre negro de Andalucía y tres colonias más de buitre leonado. El águila real perdicera, la amenazada cigüeña negra y el también en peligro lince ibérico, jabalíes, lobos, hasta las nutrias han hecho del parque su hábitat.
El Parque Natural Sierra de Hornachuelos alberga una de las zonas de bosque mediterráneo y de ribera mejor conservadas de Sierra Morena. Junto a Sierra Norte (Sevilla) y Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva), conforma la Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena.
Este reconocimiento se debe, en parte, a la gran diversidad biológica que alberga este espacio natural cordobés. La encina, como especie dominante, convive con alcornoques y quejigos en las zonas más húmedas; con acebuches en las vegas de los ríos, e incluso con algarrobos y palmitos, si el sustrato es calizo, como ocurre en el Suroeste. En las zonas más llanas, la dehesa conforman el paisaje, dejando paso al bosque denso y a las formaciones de matorral en las más abundantes zonas de relieve abrupto.
Allí donde el suelo es de cuarcita y pizarra, en el paisaje aparecen profundos barrancos esculpidos por los principales ríos del Parque Natural: el Bembézar, el Retortillo y el Guadiato. Recorriendo el Sendero del Guadalora, afluente del Bembézar, se descubre el bosque de ribera que lo jalona, reino de especies como álamos, alisos, sauces y fresnos, junto con majuelos, hiedras y adelfas. Dentro del agua, destaca también la presencia de ranúnculos, lentejas de agua y otras especies acompañantes.
Pasear por sus senderos transporta a lugares llenos de encanto: saucedas, bellos embalses como el del río Bembézar, cañones, dehesas de cerdo ibérico, áreas de descorche tradicionales, caleras de piedra para elaborar cal quemando jaras. Y para los románticos, junto al abandonado Seminario de Los Ángeles aparece la Peña del Fraile, que inspiró la conocida obra del Duque de Rivas, "Don Álvaro y la fuerza del sino"; ambos hitos son visibles desde el sendero del Bembézar.
Paseando por estas sendas es fácil la contemplación de rapaces, pues el Parque acoge una de las mayores colonias de buitre negro de Andalucía, además de una importante población de buitre leonado. Águilas reales, imperiales y perdiceras así como cigüeñas negras también anidan en este espacio. Otros animales son la nutria, el meloncillo, el ciervo y el jabalí.
Es muy recomendable visitar los pueblos que conforman el Parque: Hornachuelos, Posadas, Almodóvar del Río y Villaviciosa de Córdoba. En ellos se podrá degustar los manjares serranos, como los embutidos o la carne de caza, y llevar como recuerdo variados tarros de miel o los trabajos de ebanistas y taxidermistas. Tampoco podemos abandonar el Parque sin visitar la aldea de San Calixto, situada en el corazón de la Sierra.
VILLAVICIOSA DE
Villaviciosa de Córdoba, situada al sur de la comarca del Guadiato, en plena Sierra Morena Cordobesa, con una cuarta parte de sus 480 km2 de territorio dentro del Parque Natural de Hornachuelos , y la mayor parte del mismo dentro de la Red Natura 2000 , es un lugar incomparable para practicar deportes como el senderismo, ciclismo de montaña, paseo a caballo, piragüismo, pesca, caza, etc.
Por otra parte la cercanía a Córdoba capital, te ofrece la posibilidad de visitar una gran variedad de monumentos, como la Mezquita, Medina Azahara etc. y pasear por las callejas de su casco histórico, proclamado Patrimonio Mundial por la Unesco.
Podras disfrutar de un paisaje variado con dehesas y pinares que se alternan con viñas, olivares y bosques de quercineas al más puro estilo mediterraneo.
Senderismo :
La sierra está interconectada por multitud de caminos que se cruzan formando una red por la que en otros tiempos circulaban hombres y ganado. Actualmente se pueden utilizar para hacer senderismo, deporte que cada día tiene más adeptos entre los que buscan una alternativa al modo de vida sedentaria de la ciudad.
Piragüismo, Pesca, Deportes acuáticos sin motor:
El embalse de Puente Nuevo junto al que se encuentra el Camping Municipal de Puente Nuevo, proporciona un marco incomparable para la práctica de estos deportes.
Cinegética:
Villaviciosa es un cazadero tradicional al que hace referencia "El libro de la Montería". Con gran cantidad de cotos de caza de distintas calidades dentro de su término, tiene asegurada la satisfacción para los amantes de este deporte.
Camping Puente Nuevo:
¡ A solo 30 minutos de Córdoba capital!
Situado en pleno centro de Sierra Morena, muy cerca del Parque Natural de Hornachuelos,cuenta con unos alrededores de gran belleza natural. Su magnífica ubicación hacen del camping un lugar idóneo para disfrutar del embalse de Puente Nuevo y del Río Guadiato. Su rica Fauna es otro de los atractivos para pasar unos días de descanso en contacto con la naturaleza.
ALMODOVAR DEL RIO
Historia
Un río, el Guadalquivir, y un cerro, el redondo, son claves para el posterior desarrollo de la historia de Almodóvar del Río. Desde el Paleolítico inferior hubo pobladores ya que, por su privilegiada situación geográfica, no habrá cultura que no deje vestigios en su entorno, siendo el cerro del castillo testigo del paso de civilizaciones, con restos neolíticos, íberos, romanos, visigodos y árabes.
En el lugar que hoy ocupa Almodóvar debió existir un emplazamiento íbero-turdetano que se identifica con la “Cárbula” mencionada por Plinio (geógrafo romano) en uno de sus textos, que fue un oppidum -poblado fortificado- que gozó de cierta notoriedad. Pudo servir como lugar de embarque de los productos de la campiña (aceite, cereales, etc.), lo que desarrolló una importante industria alfarera y posiblemente en sus cercanías se explotaban minas de plata, de forma que incluso emitió moneda propia en el S. II a.C. La época musulmana supuso un gran desarrollo y en el 740 los árabes edificaron una fortaleza llamada Al-Mudawwar (redondo o seguro), a la que se debe el nombre del pueblo. Durante los siglos VIII, IX y X la fortaleza y su término formaron parte de la provincia de Córdoba, mientras que en el S. XI quedó adscrito primero a la taifa de Carmona y luego a la de Sevilla. Ya con los almorávides se reintegró a la jurisdicción cordobesa y, por último, en el S. XII y parte del S. XIII pasó a depender de la corte almohade de Sevilla.
En 1240 fue incorporada mediante pacto a la corona de Castilla por Fernando III, quien la entregó tres años después al consejo de Córdoba. Con Alfonso X, en 1267, se establecieron los límites entre Almodóvar y Posadas. En 1360, Pedro I se aposentó en su castillo, como también lo haría en repetidas ocasiones Enrique II. La tenencia del castillo de Almodóvar se vincula durante el S. XV a la Casa de Baena y Cabra.
Almodóvar y su castillo sirvieron de fianza para comprar Fuente Obejuna en 1513, pero volvió a manos de la corona. La villa tuvo una jurisdicción de realengo, vinculada a la ciudad de Córdoba, hasta que Felipe IV accedió a la venta de la villa de Almodóvar en 1629. El comprador fue Francisco del Corral y Guzmán, caballero de la Orden de Santiago, y así el pueblo pasó a ser señorío.
Este pueblo ha participado en los acontecimientos históricos de los últimos siglos, como la Guerra de la Independencia, la desamortización de Mendizábal y, finalmente, en el movimiento campesino de la II República, la Guerra Civil o la emigración masiva de sus conciudadanos en la década de los 70.
Monumentos
El principal monumento religioso es la Parroquia de la Inmaculada Concepción, iglesia con una única nave longitudinal y un crucero de brazos cortos con cabecera recta. La construcción inicial data de los s. XVII o XVIII, ofreciendo un acabado de clara vinculación barroca. Ha sufrido modificaciones posteriores, la más reciente tras el incendio que casi la destruyó en 1991, en el que se perdieron imágenes y el retablo mayor.
Muy cerca de pie se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Rosario y San Sebastián, dedicada hoy a la Virgen del Rosario, patrona de la localidad. Fue fundada por Fernando III El Santo con motivo de la conquista de la plaza. La ermita pertenece al barroco andaluz (segundo tercio del s. XVIII) y de ésta destaca la nobleza y austeridad decorativa del remate del acceso principal y la elegante espadaña que remata los pies de la construcción.
La capilla y Convento de Nuestra Señora de Gracia data del siglo XVII y fue en su tiempo ermita y hospital. Destaca en la capilla la parte baja del retablo de 1.619, con dos tablas que representan a San Sebastián y Santiago. Actualmente se ha convertido en colegio, conservándose la capilla desde donde sale en procesión la Hermandad de Jesús Nazareno.
El cortijo de Fuenreal está situado a 3 kilómetros de la localidad por el Camino de los Toros. Es un típico cortijo andaluz, fechado en 1.733, que posee en sus tierras restos de un aljibe romano. Entre sus dependencias sobresale el patio y la capilla. Aquí se celebra la Romería de la Virgen de Fátima que tiene lugar a principios de mayo.
En cuanto a la arquitectura de carácter civil, destacamos el Castillo de Almodóvar o de la Floresta, sin duda la obra más emblemática por razones históricas, monumentales y paisajísticas. Se establece como una fortificación de origen romano pero, realmente, será con la presencia musulmana cuando este castillo se consolide en cuanto a dimensiones y calidad de materiales. A partir del 2002 las puertas, torres, dependencias y salas de la fortaleza se han abierto y tematizado para el turismo. Asimismo, parte del conjunto se ha habilitado para sala de celebraciones, reuniones y banquetes. Como anécdota destacar la leyenda popular que dice que cada 28 de marzo el espíritu de la princesa Zaida pasea gimiente por las almenas del castillo, esperando en vano el regreso de su esposo el príncipe Fath al-Mamun, muerto ese día del año 1091.
El Mirador de las Pairejas está situado en un lugar privilegiado, la calle Pairejas, en la falda de la peña donde se sitúa el castillo y sobre la curva del Guadalquivir. Desde él podemos admirar magníficas vistas del Castillo, su peña y la Vega del Guadalquivir.
El Mirador del Ribazo, situado en la plaza del mismo nombre, es una bella balaustrada con jardín que se asoma a la Vega y a la Campiña, ofreciéndonos la impresionante visión de tierras onduladas hasta el horizonte y una magnífica visión del castillo.
Situado sobre la peña, el Mirador Natural del Castillo.
VALLE DE LOS PEDROCHES
LOS PEDROCHES
Al norte de Córdoba, una vez cruzada la sierra -superando el mítico Puerto del Calatraveño-, se extiende un paisaje de suaves colinas y encinar, una tierra de pueblos labrados por el granito: Los Pedroches, donde la encina, sustento de una rica cabaña ganadera, reina en el paisaje junto con el granito, materia prima de arquitectos y canteros a lo largo de los siglos para levantar iglesias catedralicias, ermitas tardogóticas y casas populares de labrados dinteles.
La comarca de Los Pedroches guarda un aroma espeso de historia ancestral que, aún, se mantiene incólume en su arquitectura: La torre de Pedroche, lacatedral de la Sierra (en Hinojosa del Duque), las hermosas fachadas heráldicas de Dos Torres o el castillo de Belalcázar, son algunos de los muchos ejemplos para visitar en la zona. Por otra parte, la comarca de Los Pedroches tiene otras muchas características que la definen y que, sin ninguna duda, deleitarán los sentidos del viajero que en ella se adentre. Destaca, por ejemplo, su rica gastronomía (basada, esencialmente, en los productos del cerdo ibérico) en la que sobresalen sus sabrosísimos embutidos -chorizo, salchichón, relleno y morcilla-, además de su variadísima dulcería (hojuelas, roscos, flores, perrunas, etc...) que, en cada uno de los pueblos de la comarca, guarda su toque peculiar y característico. Asímismo, en relación de algún modo, con la gastronomía, Los Pedroches es una comarca de enorme riqueza cinegética, donde abundan la perdiz y el jabalí, la paloma torcaz, el conejo y la liebre, siendo esta tierra un paraíso codiciado por los aficionados al deporte de la caza, llegando hasta estos pueblos muchos cazadores, no sólo de la provincia, sino de otros puntos y lugares del país. Además de por su riqueza cinegética, la comarca destaca por su variada vegetación; el paisaje de Los Pedroches es suave y ameno, de colinas redondeadas y frondosas dehesas, conservando intacto el modelo de bosque mediterráneo: Junto con las encinas centenarias,sobresalen las retamas, los lentiscos, las jaras y el brezo, el espliego, el madroño, la coscoja, la ruda, el torvisco, por citar algunos árboles y arbustos cuya total enumeración resulta imposible.
Sin embargo, no es posible dejar de mencionar las frondosas y románticas alamedas, las hileras de chopos blancos y olmos robustos que se extienden junto a las riberas de algunos ríos como el Cuzna, Guadamatilla, arroyo Lanchar, y otros muchos que discurren por Los Pedroches. El viajero que llegue a esta comarca tan genuina podrá disfrutar también de su rico folclore, de sus tradiciones, milenarias y ancestrales, que se pierden en la noche de los tiempos, de sus ferias alegres y sus peculiares romerías que conservan su viejo sabor a través de los años. Al viajero le entusiasmará escuchar la jotilla de Los Pedroches, tocada y bailada a la antigua usanza -con la sartén y la botella de vidrio-, y podrá aspirar la honda esencia de un folclore que bebe en aguas de Extremadura y Castilla-La Mancha; en cuanto a las romerías, son muchas y variadas: la de la Virgen de Luna -en Villanueva de Córdoba y en Pozoblanco-, la Virgen de la Alcantarilla -en Belalcázar-, la Divina Pastora -en Villaralto-, la Virgen de Veredas en Torrecampo... en las que aún se mantiene un intenso fervor de autenticidad, un sabor humano y sencillo, incontaminado, que hacen de esta comarca, Los Pedroches, al norte de Córdoba, una tierra entrañable y hermosa, cargada de historia, donde el viajero descubrirá el sabor de lo antiguo, el hogareño aroma de lo auténtico.
Las características geográficas de la comarca han marcado su desarrollo económico a lo largo de la historia. Abandonadas por falta de rentabilidad, o esquilmado el subsuelo, las minas diseminadas por todo el territorio y que en el siglo XIX y principios del XX dieron a esta tierra su máximo esplendor, han dejado paso a una abundante y rica cabaña ganadera (porcino, vacuno y ovino) que está posibilitando el desarrollo de este sector así como de la industria agroalimentaria y del sector servicios.
La comarca de Los Pedroches está integrada por 17 municipios que albergan a 58.484 habitantes, según el último censo realizado en 1.996: Alcaracejos, Añora, Belalcázar, Cardeña, Conquista, Dos Torres, Fuente La Lancha, El Guijo, Hinojosa del Duque, Pedroche, Pozoblanco, Santa Eufemia, Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Duque, Villaralto y El Viso. Todos ellos integran, desde 1993 la Mancomunidad de Municipios de Los Pedroches.
Al norte de Córdoba, una vez cruzada la sierra -superando el mítico Puerto del Calatraveño-, se extiende un paisaje de suaves colinas y encinar, una tierra de pueblos labrados por el granito: Los Pedroches, donde la encina, sustento de una rica cabaña ganadera, reina en el paisaje junto con el granito, materia prima de arquitectos y canteros a lo largo de los siglos para levantar iglesias catedralicias, ermitas tardogóticas y casas populares de labrados dinteles.
La comarca de Los Pedroches guarda un aroma espeso de historia ancestral que, aún, se mantiene incólume en su arquitectura: La torre de Pedroche, lacatedral de la Sierra (en Hinojosa del Duque), las hermosas fachadas heráldicas de Dos Torres o el castillo de Belalcázar, son algunos de los muchos ejemplos para visitar en la zona.
Por otra parte, la comarca de Los Pedroches tiene otras muchas características que la definen y que, sin ninguna duda, deleitarán los sentidos del viajero que en ella se adentre. Destaca, por ejemplo, su rica gastronomía (basada, esencialmente, en los productos del cerdo ibérico) en la que sobresalen sus sabrosísimos embutidos -chorizo, salchichón, relleno y morcilla-, además de su variadísima dulcería (hojuelas, roscos, flores, perrunas, etc...) que, en cada uno de los pueblos de la comarca, guarda su toque peculiar y característico. Asímismo, en relación de algún modo, con la gastronomía, Los Pedroches es una comarca de enorme riqueza cinegética, donde abundan la perdiz y el jabalí, la paloma torcaz, el conejo y la liebre, siendo esta tierra un paraíso codiciado por los aficionados al deporte de la caza, llegando hasta estos pueblos muchos cazadores, no sólo de la provincia, sino de otros puntos y lugares del país. Además de por su riqueza cinegética, la comarca destaca por su variada vegetación; el paisaje de Los Pedroches es suave y ameno, de colinas redondeadas y frondosas dehesas, conservando intacto el modelo de bosque mediterráneo: Junto con las encinas centenarias,sobresalen las retamas, los lentiscos, las jaras y el brezo, el espliego, el madroño, la coscoja, la ruda, el torvisco, por citar algunos árboles y arbustos cuya total enumeración resulta imposible. Sin embargo, no es posible dejar de mencionar las frondosas y románticas alamedas, las hileras de chopos blancos y olmos robustos que se extienden junto a las riberas de algunos ríos como el Cuzna, Guadamatilla, arroyo Lanchar, y otros muchos que discurren por Los Pedroches.
El viajero que llegue a esta comarca tan genuina podrá disfrutar también de su rico folclore, de sus tradiciones, milenarias y ancestrales, que se pierden en la noche de los tiempos, de sus ferias alegres y sus peculiares romerías que conservan su viejo sabor a través de los años. Al viajero le entusiasmará escuchar la jotilla de Los Pedroches, tocada y bailada a la antigua usanza -con la sartén y la botella de vidrio-, y podrá aspirar la honda esencia de un folclore que bebe en aguas de Extremadura y Castilla-La Mancha; en cuanto a las romerías, son muchas y variadas: la de la Virgen de Luna -en Villanueva de Córdoba y en Pozoblanco-, la Virgen de la Alcantarilla -en Belalcázar-, la Divina Pastora -en Villaralto-, la Virgen de Veredas en Torrecampo... en las que aún se mantiene un intenso fervor de autenticidad, un sabor humano y sencillo, incontaminado, que hacen de esta comarca, Los Pedroches, al norte de Córdoba, una tierra entrañable y hermosa, cargada de historia, donde el viajero descubrirá el sabor de lo antiguo, el hogareño aroma de lo auténtico.
Las características geográficas de la comarca han marcado su desarrollo económico a lo largo de la historia. Abandonadas por falta de rentabilidad, o esquilmado el subsuelo, las minas diseminadas por todo el territorio y que en el siglo XIX y principios del XX dieron a esta tierra su máximo esplendor, han dejado paso a una abundante y rica cabaña ganadera (porcino, vacuno y ovino) que está posibilitando el desarrollo de este sector así como de la industria agroalimentaria y del sector servicios.
La comarca de Los Pedroches está integrada por 17 municipios que albergan a 58.484 habitantes, según el último censo realizado en 1.996: Alcaracejos, Añora, Belalcázar, Cardeña, Conquista, Dos Torres, Fuente La Lancha, El Guijo, Hinojosa del Duque, Pedroche, Pozoblanco, Santa Eufemia, Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Duque, Villaralto y El Viso. Todos ellos integran, desde 1993 la Mancomunidad de Municipios de Los Pedroches.
http://turismolospedroches.org
SANTA EUFEMIA
Situada en el punto más septentrional de la provincia de Córdoba, en los confines de la comarca de Los Pedroches, a los pies del antiquísimo castillo de Miramontes, se alza la bella población de Santa Eufemia. Sus raíces históricas y su más reciente pasado medieval como Condado de Santa Eufemia, uno de los de mayor dominio solariego del Reino de Córdoba, han conformado no sólo la infraestructura agraria de dicha Comarca, sino que ha sido artífice directa de las tres grandes unidades jurisdiccionales, Condado de Santa Eufemia, Condado de Belalcázar y Siete Villas de los Pedroches que ha configurado en estos siglos de su andadura el contorno histórico y geográfico de nuestro Valle.
Dista 101 kms. de la capital, tiene una altitud de 561 m. sobre el nivel del mar y la superficie de su término municipal es de 189,2 kms cuadrados. Con una población de 1259 habitantes (1991), pertenece al partido judicial de Pozoblanco.
Completada la romanización de la Bética, Santa Eufemia, se convierte en enclave de cierta importancia en la zona, apareciendo como ruta natural del cinabrio extraído en las cercanas minas de Almadén. Puerta estratégica de comunicación entre el Valle de Alcudia y Los Pedroches, aparece como un fuerte asentamiento romano, convirtiéndose asimismo la población en un centro de minería de relativa importancia dentro de la región SOLIENSE, quedando como avanzadilla defensiva del municipio principal, SOLIA, de la citada región. Según algunos investigadores, por Santa Eufemia y sus alrededores, pasaron y se cruzaron varias calzadas romanas: la de "Córdoba-Sisapo-Miróbriga", la denominada "Vía Epora-Solia" y la 29 en el itinerario de Antonino en el trayecto "Emeritam / Contosolia".
RUTAS DE SENDERISMO
Dado el creciente desarrollo del turismo rural de la comarca de Los Pedroches, el Ayuntamiento de Santa Eufemia ha promovido recientemente, en colaboración con la Diputación de Córdoba, la puesta en marcha de una ruta de senderismo convenientemente señalizada, que discurre por el entorno privilegiado de esta zona.
Enmarcada en el proyecto "Paisajes con Historia", esta ruta combina los atractivos naturales con las reminiscencias del glorioso pasado histórico de la localidad. El cercano Castillo de Miramontes, que da nombre a esta Sierra, da muestra de ello y nos habla del esplendor del primer y más antiguo Señorío del Norte de la provincia de Córdoba, el Señorío de Santa Eufemia.
La Sierra de Santa Eufemia encierra numerosos atractivos naturales y paisajísticos, no en vano está catalogada como Lugar de Interés Comunitario (LIC). Ésta da asiento al Peñón del Horcón que con sus 853 m. de altitud es una de las cumbres más altas de nuestra comarca y lo convierte en una extraordinaria atalaya desde la que divisar gran parte de Los Pedroches y del vecino Valle de Alcudia.
Ruta de la Sierra de Santa Eufemia I (cara norte)
La ruta comienza a unos dos lilómetros del núcleo urbano de Santa Eufemia, entre los kilómetros 337 y 338 de la carretera nacional N-502. Se localiza en las inmediaciones de la casa de Padrenuestro, en el conocido como "paraje de Los Negrillos". El primer tramo, de unos tres kilómetros, discurre por el camino de Los Negrillos. Al principio se atraviesan algunas parcelas de olivar, aunque la mayor parte discurre entre manchas de matorral, que en algunas zonas ha sido roturado para potenciar el crecimiento de las encinas. A lo largo del recorrido disfrutaremos de hermosas vistas de la cara oriental de la Sierra de Santa Eufemia, y durante un corto trayecto, de las ruinas del Castillo de Miramontes.
Panel Ruta de la Sierra de Santa Eufemia
Llegados al cortijo conocido como "cortijo Copé" dotado de cancelas, lo atravesamos para continuar nuestra ruta. Al llegar al "paraje de Charco Hondo", cambiamos de dirección (90 grados al este) para conectar con el camino público de Santa Eufemia al Terrero, por el "paraje de las Huertas de la Sierra". Éstas se disponen a la vera del arroyo de las Tejeras -que conserva algún álamo y olmo del primitivo bosque de ribera- intercaladas con pequeñas parcelas de olivar. Los olivos quedan enmarcados por una franja de alcornoques que son sustituidos en las partes más altas por un espeso matorral rico en especies, entre las que podremos observar enebros, madroños, jaras, lentiscos, labiérnagos, romeros, cornicabras, cantuesos, mirtos, etc. La ruta finaliza en una curva de la antigua carretera N-502, entre los kilómetros 335 y 336.
Mapa Ruta de la Sierra de Santa Eufemia I
Con la señalización de esta ruta para senderistas, ciclistas o caballistas se pretende un mejor conocimiento del entorno, que a su vez sirva como base para la toma de conciencia sobre el valor del patrimonio natural, generando en consecuencia su respeto y protección. Combinado con esta finalidad lúdico-educativa, el marcaje de la ruta está colaborando en la conservación del entorno propiciando un desarrollo sostenible del turismo rural y un uso racional de los recursos naturales de nuestra comarca.
Desde el Ayuntamiento de Santa Eufemia se espera que la práctica de esta ruta sirva también como pretexto para conocer y disfrutar una localidad rica en paisajes y matices, así como de la hospitalidad de sus gentes.
BELALCAZAR
Municipio situado en la comarca de los Pedroches, al norte de la provincia, en el límite con la provincia de Badajoz. Su paisaje lo conforman tierras de cereal y dehesas de encinares. A su término acuden cada año numerosas cigüeñas a criar y a pasar el invierno.
La población se extiende sobre un terreno llano en el que sobresale el impresionante Castillo, que se levanta sobre una pequeña elevación y del que sobresale la Torre del Homenaje, muy bien conservada; mientras que sus calles y casas se dispersan entre huertas familiares y tierras de labor, aunque tiene un pequeño casco antiguo de estructura irregular con calles estrechas y sinuosas y viviendas de tipo popular, en el que se encuentran edificios señalados como la Iglesia de Santiago el Mayor, en la que destaca la utilización del granito, y el Monasterio de Santa Clara de la Columna, que posee un claustro de gran belleza.
Sobre sus orígenes hay interrogantes.
Son de cualquier forma importantes los vestigios arqueológicos que prueban la presencia romana.
Casas-Deza sostiene que en esta época fue "colonia o municipio romano" siendo ya conocida por Gaete.
En el período de dominación musulmana era ya conocida por Gafiq. Su situación en el Valle de las Bellotas (Fahs al Ballut) era clave para las comunicaciones de la zona, de ahí su importancia en la época de la reconquista.
Además de otros intentos anteriores, la reconquista definitiva la logrará Fernando III poco tiempo antes que la de Córdoba.
Pasó a ser posesión de esta ciudad en 1243 pero el Concejo de la ciudad vería perdido su dominio cuando en 1445 Juan II lo señorializa a favor de don Gutiérrez de Sotomayor, Maestre de Alcántara.
Dentro de su jurisdicción quedaban Hinojosa del Duque y Villanueva del Duque.
En 1450 se inició la construcción del castillo de la villa, que en adelante dará nombre a la misma.
Personajes destacados
Abderramán Al Gafequi.
Obaidalaben Muza Al Gafequi.
Said ben Soleiman Al Gafequi.
Soleiman Ibn Aslan Al Gafequi.
Mohamed Ibn Qassoun Ibn Aslan Al Gafequi, oftalmólogo del s. XII.
Sebastián de Belalcázar, descubridor, s. XV.
Abu Yafar Al Gafequi, farmacólogo del s. XII.
DOS TORRES
La antigüedad de la presencia del hombre en el término de Torremilano, se comprueba desde el paleolítico. Hay historiadores que la mencionan entre los lugares que Alfonso VII conquistó a los moros en 1115. Fue la primera de las villas de la comarca en emanciparse de Pedroche y el primer corregidor residió en ella, tal vez por vigilar más de cerca el condado de Santa Eufemia. A sus pobladores se les considera fundadores de los pueblos de Añora y Vilaralto.
Villa tan próxima a Torrefranca, perteneciente ésta al condado de Santa Eufemia, que sus calles llegaron a ser prolongación unas de otras. Fue el 11 de diciembre de 1839 cuando el General Espartero decretó la fusión en un solo municipio de las dos villas: Torremilano y Torrefranca, con el nombre de Dos Torres.
Ambas villas fueron cuna de nobles e hidalgos, y esto ha quedado patente en sus monumentos y casas señoriales con portadas blasonadas.
Dos torres es de todos los municipios de la Comarca de Los Pedroches, el que representa la auténtica arquitectura popular de la sierra. La utilización del granito y la calidad de los trabajos en hierro, están extendidos por todo el casco histórico del municipio.
La tipología general de la vivienda se ha mantenido a lo largo del tiempo, lo que le ha supuesto la declaración de Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico.
Las casas están cubiertas generalmente con bóvedas y vigas de madera, y dispuestas a lo largo de un corredor de piedra, a cuyos lados se adosan una serie de estancias, entre las que destaca la cocina con una gran campana de chimenea. Al fondo se sitúa un corral para ganado o un patio, donde se suele incluir un pequeño huerto. El piso superior se destina a granero.
AÑORA
Historia
El término Añora tiene su origen en la palabra árabe naura, que significa noria. Según los estudiosos, el término hace referencia a la noria de una huerta que había en las cercanías del lugar que, actualmente, ocupa el municipio. Y fue en torno a la huerta citada donde se fueron agrupando los habitantes primeros de la villa. En relación con la época histórica en que los primeros vecinos se aposentaron en el lugar, aun no siendo fácil documentar la fecha exacta, se cree que fue a finales del siglo XIV y comienzos del XV.
Por otro lado, existen tres distintas teorías en torno a la creación del núcleo urbano: la primera de ellas hace referencia a que Añora se formó en una época imprecisa debido a un grupo de vecinos de Torremilano y de Pedroche que abandonaron sus pueblos huyendo de una peste horrible que en ellos se había desatado; así estos vecinos buscaron un asentamiento para iniciar una nueva vida en el lugar denominado Añora, que, en un principio, dependió de la población de Torremilano.
La segunda hipótesis hace referencia a que la población de Añora se pudo formar con vecinos venidos desde Pedroche; aunque, según los expertos, esta teoría tiene muy pocos visos de realidad. Por último, existe una tercera teoría sobre el origen de Añora, que es la que ofrece más signos de verosimilitud, y hace referencia a que la población se formó en torno al año 1414 en la llamada Huerta del Crespo (ubicada en las afueras de la localidad, a la izquierda de la carretera que va de Añora a Dos Torres), y, según las mismas fuentes, estas tierras estaban sembradas con numerosas plantaciones de viñas que eran cuidadas por vecinos de Torremilano. No obstante, al final algunas de estas familias terminaron fijando su residencia definitiva en la Huerta del Crespo conformando, de ese modo, una pequeña aldea que, con el tiempo, iría creciendo con la llegada de nuevos vecinos que acudieron y se aposentaron en el citado lugar.
Queda por ello claro que los primeros habitantes de Añora procedían de la vecina Torremilano, dependiendo jurídicamente la primera localidad de la segunda hasta que a aquella le fue concedida su independencia. En cuanto a la fundación de Añora, ésta debió ocurrir en la segunda mitad del siglo XIV, coincidiendo con la aparición de nuevos núcleos urbanos en la comarca en torno a Pedroche y Torremilano, núcleos primitivos; siendo dichos núcleos llamados Pozoblanco, Torrecampo, Torrefranca y Encina Enana. Un siglo más tarde, en el año 1487, la población de Añora, junto a la de Alcaracejos, entran en pleito con la de Torremilano, de la que ambas dependían juridiscionalmente.
Las aspiraciones de independencia de estas poblaciones se hicieron realidad para Alcaracejos que obtuvo su Título de Villa en el año 1488; pero Añora aún tuvo que esperar. En el año 1492, los vecinos de Añora se dirigieron de nuevo al Consejo Real para denunciar su situación negativa en relación con el concejo de Torremilano; pero no pudieron conseguir su independencia. Una nueva ocasión se presentó en 1552, año en que el emperador Carlos V y su madre doña Juana otorgaron una carta poder a favor del príncipe don Felipe, hijo del emperador. En dicha carta le autorizaba al príncipe a dar el título de villa a aquellos lugares que estuvieran sujetos a otras jurisdicciones, a cambio de que ofreciesen una determinada cantidad.
Así, acogiéndose a esta carta-poder, un representante de Añora expuso en nombre del concejo los perjuicios y molestias que les ocasionaba la dependencia juridiccional de la villa de Torremilano, siendo aceptadas las razones por parte de la Corona que el día 27 de mayo de 1553 concedió el Título de Villa a la localidad, y se le hacía con el reconocimiento de todas las prerrogativas que suponía dicho título, mediante el pago de 300.000 maravedíes que se entregaron al tesorero real dos días después.
Una vez conseguido su título de Villa, Añora pasó a formar parte de las Siete Villas de los Pedroches. El primer recuento de habitantes efectuado en Añora, en el año 1553, da un número de 160; unos años después, en 1571, el número casi se duplicaba, llegando a tener la villa 300 habitantes. Añora también formó parte de las Siete Villas, territorio comarcal como tierra de realengo dependiente de la jurisdicción de Córdoba, hasta que hubo un reparto de las tierras comunales a mediados del siglo XIX. Otro dato importante de esta localidad fue que en el año 1660, el rey Felipe IV tuvo a bien señorializar la población en beneficio de los marqueses del Carpio, situación que se prolongará hasta el año 1747. Dos siglos más tarde, a mediados del XIX, la población de Añora es de algo más de 1000 habitantes, en la época del reinado de Isabel II, y, según los escritos, la población mantenía una fiel lealtad hacia la corona. Referente a lo anteriormente expuesto, un dato curioso es que, según algunos documentos, en el año 1835 se produjeron en algunos de los pueblos de los Pedroches, entre ellos Torremilano, enfrentamientos entre carlistas e isabelinos sin que participase en los mismos ningún vecino de Añora.
Ya entrado el siglo XX, el primer alcalde de Añora de esta centuria, fue Eugenio José Rodríguez Gutiérrez, elegido el día 1 de julio de 1899 por los votos de ocho de los nueve concejales elegidos en los comicios municipales del 14 de mayo de ese año; unos años más tarde, en 1910, la población de Añora alcanzaba ya los 2410 habitantes de hecho. Lo más destacable de este primer tercio del siglo XX son las pésimas condiciones laborales y los problemas de subsistencia de muchos noriegos: pobreza e incultura eran un denominador común en esos años. Todo esto se veía agravado por acontecimientos tanto internacionales (I Guerra Mundial, 1.914-1.918) como nacionales (Guerra con Marruecos, 1.920 en adelante), así como situaciones anómalas para la agricultura como son sequías, años muy lluviosos y constantes plagas. Esto hace que con frecuencia el Ayuntamiento actúe como si de una obra benéfica se tratase, dando trabajo a muchos noriegos en proyectos urbanísticos y de infraestructuras, que vendrán a configurar de forma general la actual disposición urbanística. Creación, ensanche y alineación de muchas calles, obras en el edificio consistorial (1.906), remodelación del entorno de la Ermita de la Virgen de la Peña, y sin lugar a dudas la obra de este siglo: la construcción del cementerio municipal de Nuestra Señora del Carmen (finalizado en agosto de 1.908), en lugar del Cementerio Viejo junto a la Iglesia Parroquial, dan buen ejemplo de esta actividad.
Todos estos problemas básicos también se verían acrecentados por el crecimiento demográfico experimentado en estos años, se pasa de 2.410 habitantes de 1.910 a los 3.074 del año 1.923. Eran años difíciles, no ausentes de conflictividad, en los que festejos que hoy realizamos con toda naturalidad como son la Feria de agosto se suspendían en pos del beneficio social y colectivo. Eran las postrimerías de la Guerra Civil española.
Fuente: Historia de Añora, Antonio Merino Madrid
El Archivo Histórico Municipal de Añora se encuentra situado en las dependencias del Ayuntamiento de Añora situado en la Calle Plaza de la Iglesia número 1. La documentación que aquí se haya forma parte fundamental para el estudio de la historia local.
Las personas que estén interesadas en consultar el Archivo Histórico Municipal de Añora podrán hacerlo en horario de oficina, previa solicitud a este Ayuntamiento. Así mismo deberán atenerse a las condiciones de uso impuestas por este Ayuntamiento.
Paseo por Añora
En pleno corazón de Los Pedroches, entre Alcaracejos, Pozoblanco y Dos Torres nos encontramos con un pueblo con encanto, Añora. Para empezar nuestro recorrido entramos en Añora por la calle Iglesia. Al principio nos encontramos con una bocacalle a la derecha cuyo nombre es Camino de la Huerta del Crespo, avanzamos por él y nos lleva a una huerta con pozo y noria, núcleo originario de esta población. La historia nos cuenta que fue el primer asentamiento con vecinos de Torremilano que se agruparon en torno a ese pozo para cuidar de cerca sus cultivos de vid. Este asentamiento daría lugar a la actual Añora, término procedente del árabe naura (noria). Sobre el origen de esta población, otra teoría nos cuenta que Añora se formó en una época imprecisa en la que los vecinos de Torremilano y Pedroche abandonaron sus villas huyendo de la peste y se asentaron en diversos lugares como éste que, con el tiempo, se constituyeron en poblaciones dependientes de aquellas. Hay una tercera versión que dice que, a finales del S. XII, vecinos de Pedroche se alejaban del pueblo para cuidar sus ganados y labores agrícolas construyendo caseríos y edificaciones que con el tiempo se convertirían en poblaciones dependientes de Pedroche.
Seguimos nuestro recorrido por la calle Iglesia y encontramos uno de los elementos esenciales y característicos de esta población: las casas típicas de tiras, es decir, casas con fachadas de sillares de granito enmarcados por tiras blancas que las mujeres noriegas, con un cuidado especial, se encargan de que estén bien encaladas. La calle, de adoquines de granito perfectamente ensamblados, muestra otras casas encaladas que conservan sus grandes dinteles de granito en puertas y ventanas.
EL VISO
El Viso de Los Pedroches es una villa situada al norte de la provincia de Córdoba, en la Comarca de Los Pedroches. Dista 85 kilómetros de la Capital, en los cuales no se aburrirá Vd. porque su trazado es entretenido y su paisaje de una belleza singular. Al efecto le sugerimos que unos 25 kilómetros antes de llegar, merece la pena una parada en el " Puerto del Calatraveño " donde, además de disfrutar del paisaje podrá apreciar de cerca una estatua del más afamado artista local: Aurelio Teno.
El Viso tiene una altitud de 575 metros sobre el nivel del mar. El Término Municipal abarca una extensión de 252,6 kilómetros cuadrados, limitando con las provincias de Badajoz y Ciudad Real, y sus habitantes ascienden actualmente a 2.990. Pertenece el Partido Judicial de Pozoblanco (Córdoba).
Gastronomia
La cocina de El Viso, al igual que la de Los Pedroches tiene una indiscutible personalidad, es natural y sencilla, basada en la riqueza de los productos propios. Cuenta con una completa gama de platos que hacen las delicias del amante de la buena mesa.
En la tradicional comida serrana hallamos platos tan sabrosos como las migas, el cochifrito, la caldereta de cordero, el relleno, las hojuelas, las perrunas, los roscos, los buñuelos y el tradicional hornazo, que constituyen las recetas más típicas de la cocina popular viseña.
En esta zona el cerdo es la base de la despensa, destaca el chorizo que es fuerte de color, suave al gusto y aromático. Otros productos típicos de la matanza son los salchichones, el lomo de orza, la morcilla, las paletas y los jamones.
Nada mejor para los amantes de la carne que degustar exquisitos platos cuya base es el lechón o el cordero que, criados en los pastos de la dehesa, proporcionan unas carnes de excelente calidad.
VILLARALTO
Villaralto es un municipio español de la provincia de Córdoba, Andalucía. En el año 2005 contaba con 1.385 habitantes. Su extensión superficial es de 23 km² y tiene una densidad de 60,2 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 38º 27' N, 4º 59' O. Se encuentra situada a una altitud de 585 metros y a 80 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba.
Está comprendido dentro del conjunto de pueblos que componen la comarca de Los Pedroches, situado en el corazón geográfico de la misma.
Villaralto cuenta con un término municipal con una extensión de 23 km2, limitando con los términos de El Viso, Hinojosa del Duque, Alcaracejos, Dos Torres y Villanueva del Duque. Su edificio más emblemático es la parroquia de San Pedro Apóstol, con tres naves y torre del siglo XVIII. La fiesta más conocida es la romería de la Divina Pastora que se celebra a orillas del Guadamatilla el primer domingo de Mayo. La economía está basada en la ganadería, la agricultura, algunas industrias y establecimientos varios.
Historia:
Con respecto a la Historia Antigua, ya que en el término municipal se asentaron varios poblados prehistóricos, romanos, árabes y visigodos. Entre los yacimientos arqueológicos destacan el Rincón de Berrocoso, situado en el noroeste del término, en donde se hallan los restos de lo que se supone fue un campamento romano o una calzada secundaria romana. En este lugar han aparecido abundantes losas de pizarra, escorias minerales, restos de vasijas y una moneda árabe de plata. El Ladrillar es una mina antigua de plomo, debido al hallazgo de escorias minerales de dicho metal. En la Laguna del Prieto han aparecido tres ruedas de molino de radio en torno a 25 centímetros y que en la actualidad se conservan en el Ayuntamiento. En Cerrocampo han aparecido escorias minerales y restos de vasijas, de un poblado antiguo asociado a una explotación de cobre o plomo. Sin embargo, el lugar más destacado es la llamada Casa de la Mora, situada al sureste del pueblo, en la que existió una villa romana, más tarde ocupada por los árabes, asociada a explotaciones mineras. En este lugar los hallazgos han sido abundantes, teniéndose noticia de la aparición de vasijas llenas de monedas de plata y gran cantidad de monedas romanas de cobre. Actualmente, hay gran cantidad de fragmentos de cerámica, tejas romanas, escorias minerales, etcétera. Incluso hay restos de una pared de cal y pedernal que debió pertenecer a una construcción árabe. Este lugar fue objeto de una visita oficial de arqueólogos el dos de marzo de 1985. También existen en Villaralto gran cantidad de sarcófagos visigodos de granito, con forma trapezoidal o antropomorfos, que han sido sacados de su emplazamiento original y han sido usados como pilas para dar de beber al ganado. Por tanto la mayoría de ellos se hallan próximos a pozos, como los tres sarcófagos del Pozo de las Cadenas, el Pozo de las Cinco Pilas, el Pozo de la Laguna de la Torrica, y así hasta un total de unos 20, que en general están desgastados. También existen sarcófagos infantiles, de los que se conserva uno que también recibe el mismo uso. Muchos de ellos han ido desapareciendo fruto del expolio y del desinterés de conservarlos en las diversas reformas que han ido sufriendo sus emplazamientos.
Sin embargo, la historia de Villaralto como población en el lugar en el que se asienta actualmente es mucho más posterior. El primer documento que se refiere a la villa de Villaralto es del año 1424 (contando entonces con unos 3000 vecinos) en la que Juan Ruiz de Santofimia vino con afán de incorporarlo al Señorío de Santa Eufemia, acto que no tuvo éxito. Villaralto surge en el siglo XV como una aldea dependiente de Torremilano (actual Dos Torres), perteneciente a las Siete Villas de Los Pedroches entidad que agrupaba además a Pozoblanco, Añora, Alcaracejos, Villanueva de Córdoba, Pedroche y Torrecampo, entidad bajo jurisdicción real en la que el término de todas ellas era compartido y gobernado de forma comunal hasta la partición del término en el siglo XIX. En Villaralto se instalan vecinos procedentes de dicha localidad para atender de cerca pagos de viñas y ganados. Esta situación de Villaralto dependiente de Torremilano se mantuvo hasta 1633. El 28 de julio de 1633, es vendida por el rey Felipe IV a don Melchor Fernández Carreras, arcediano de los Pedroches y canónigo de la Catedral de Córdoba (el cual tuvo que conseguir previamente un certificado de limpieza de sangre). El precio asignado fue 1632000 maravedíes de plata. El día 17 de septiembre de 1633 se realiza el primer censo de habitantes de Villaralto de cara a la señalación del término municipal que comenzó a partir de este momento, dando lugar a un grave y largo contencioso con Torremilano, contrario a la independencia de Villaralto y muy reacio a ceder término a esta nueva villa. A pesar de todos los impedimentos, Melchor Fernández Carreras toma posesión de la Villa el 15 de septiembre del mismo año, constituyendo así una nueva entidad administrativa, el Señorío de Villaralto, que se mantendrá hasta la abolición de los señoríos jurisdiccionales en 1837. Torremilano dirige una carta a los Reyes de España alegando que no ha lugar de independizar Villaralto de Torremilano, y mucho menos de asignarle término de las Siete Villas ya que según ésta, el término asignado entraba dentro de la dehesa de Peña Alta (tierras comunales de las Siete Villas). El 20 de diciembre de 1638, los jueces fallan a favor de Villaralto en cuyas cartas se reconocía la independencia de Villaralto y se le asigna término propio de forma definitiva así como instar al señor de Villaralto al pago de la venta de dicha población. En 1771, el pueblo de Villaralto recibe cartas de Hacienda en las que le instan al pago de los impuestos que le corresponden como villa independiente por vez primera que ascienden a 1770 maravedíes. A pesar del enfrentamiento con Torremilano, ambos pueblo mantuvieron comunicación, como atestiguan diversos documentos de temática diversa: multas, impuestos, comunicados, etc. Incluso Villaralto, en el reparto de los bienes producidos por las tierras comunales de las Siete Villas, recibía parte de ellos, aún no siendo villa comunera. Esto irrita a Torremilano que continuamente denuncia a Villaralto por usar los Bienes de Propios de Las Sietes Villas (extensas dehesas como Navas del Emperador o la dehesa de la Jara) para explotación ganadera y, sobre todo, por los límites del término municipal de Villaralto, con los que Torremilano no estaba conforme. Estas disputas continúan durante todo el siglo XVIII. Con respecto a la cuestión económica, en 1752 Villaralto contaba con 5 telares y dos fábricas, una de bayetas y otra de paños. En 1812, esta población cuenta con 179 cabezas de ganado vacuno, 156 de cerda, 555 de caprino y 148 mulos entre otros. Tiene 259 fanegas de primera calidad para los cultivos, de segunda 631 y cuenta con 186 casas. Existen numerosas lagunas debido a la destrucción de las fuentes para conocer la historia de esta villa en la Guerra Civil española. La información referente al franquismo y la democracia sí se conserva. En las elecciones de 1979, 1983 y 1987 vence el PSOE, quedando como alcalde Juan Jesús Gómez Moreno y desde 1995 IU, con Manuel Gómez Gómez al frente de la alcaldía hasta la actualidad. Parroquia de San Pedro: Data de la época fundacional (siglo XV) de la que se conserva la fachada exterior, con arcos decorados hechos de granito. Las múltiples reformas aumentaron la superficie ocupada por el templo, pasando de una nave a tres, siendo las dos laterales más pequeñas a modo de capillas cubiertas con cúpulas una de ellas. Como patrimonio pictórico y escultórico cabe destacar la talla de olivo policromada de la Divina Pastora, del siglo XVIII, un cuadro de Sebastián de Llanos Valdés del siglo XVII de estilo barroco, que representa a san Pablo ermitaño, la imagen de la Patrona, la Virgen del Buen Suceso, que sustituye a otra talla antigua destruida durante la Guerra Civil y el retablo barroco en el que se encuentra esta imagen. Este retablo procede de la iglesia cordobesa de San Basilio, ya que tras la Guerra Civil el archivo, las imágenes, los objetos de culto e incluso las campanas fueron destruidos o expoliados por lo que fue preciso traer objetos de otros lugares. Sin embargo, la torre parroquial es un elemento destacado de la iglesia, constituyendo uno de los símbolos de Villaralto. Con una altura de aproximadamente 17 metros, consta de un fuste prismático de granito, cuerpo de campanas con cuatro arcos de medio punto, aunque solo dos las llevan. Sobre este se sitúan un remate octogonal (que contiene el reloj) rodeado de cuatro adornos de granito con forma curva rematados en punta. La torre concluye con un remate cónico. Data de mediados del siglo XVIII, aunque fue restaurada en 1992, cuyos trabajos consistieron en la eliminación de arreglos de ladrillo y restitución del granito original, sustitución del reloj, consolidación de la estructura, refundición de las campanas y su electrificación, limpieza del exterior y el interior y reposición de ornamentos. Los otros edificios religiosos de Villaralto son la ermita de santa Rita, de planta cuadrada y construida en 1900 y la ermita del Cristo de las Angustias de estructura similar.
Tradiciones y fiestas:
Las tradiciones en Villaralto se muestran en todas las épocas del año. En Semana Santa tiene lugar diversas procesiones, como la de las hermandades del Sepulcro, de las Angustias y de la “Borriquita”. Sin embargo, la fiesta más característica de este pueblo es la Romería de la Divina Pastora, que se celebra el primer domingo de Mayo a orillas del río Guadamatilla. La Virgen va acompañada a este paraje con originales carrozas hechas de diversos materiales y muy originales. Las mujeres van ataviadas con el traje típico de pastora. Otras tradiciones son la matanza y los “judas” que se celebran el Domingo de Resurrección en la que los jóvenes destruyen monigotes que representan a Judas Iscariote fabricados por los vecinos, quienes los cuelgan de sus balcones. Las casas típicas de Villaralto se caracterizan por prevalecer la funcionalidad a la estética, con dinteles de granito y cuadras y cochiqueras para guardar los animales. Un ejemplo magníficamente conservado es el Museo del Pastor, abierto hace unos años y en el que se muestran los modos de vida de los pastores en sus diversas salas que responden a la estructura de la casa típica villaraltera.
EL GUIJO
reino de la tranquilidad
Información de El Guijo en la Diputación de Córdoba
Población:416 habitantes.Gentilicio:Guijeños.
Piedra pequeña, erosionada por el tiempo desde su amanecer en Majadaiglesia, donde importantes vestigios arqueológicos nos descubren un poblamiento en este cerro desde el primer milenio A.C.
Su pequeña placita alberga la sencilla parroquia de Santa Ana y en sus alrededores la Ermita de la Virgen de las Cruces, donde se conserva un baptisterio paleocristiano que delata el origen sagrado de este lugar desde la antigüedad, junto al Paraje del Soto, poblado de eucaliptos y olmos.
Un paseo por El Guijo nos transporta a una isla de sosiego y tranquilidad, de sencillez y simpatía de sus gentes, hospitalarias siempre, pero sobre todo en las fiestas de la Virgen de las Cruces, de San Pedro y Santa Ana, y a compartir el relleno y la rosca de piñonate.
Del esplendor romano de estas tierras dan buena prueba los restos aparecidos en la zona de Majadaiglesia, un área de fuerte tradición mariana como demuestran documentos castellanos del siglo XII que hacen referencia a este espacio bajo la denominación de Villa de Santa María.
Toda el área geográfica de El Guijo pasaría a depender ,tras la reconquista cristiana, del Señorío de Santa Eufemia, adquiriendo gran importancia como puerta de entrada a Córdoba para gran número de pastores y rebaños transhumantes, a través de la Cañada Real Soriana y de la Mesta que se bifurcan en el pueblo, una hacia Extremadura y otra el interior de Andalucía.
Ermita de la Virgen de las Cruces
Se haya situada junto al más importante yacimiento arqueológico de toda la comarca, en un enclave que ha sido lugar de culto desde el pasado más remoto. La ermita está dividida en tres tramos por arcos perpiaños que arrancan de pilares contrarrestados exteriormente. La cabecera del templo es un añadido posterior y aparece cubierta por una bóveda rebajada asentada sobre pechinas. La portada principal está muy remarcada por la existencia de un pórtico sobre columnas.
En su interior también destaca la existencia de un baptisterio paleocristiano por inmersión, que se encuentra situado en la sacristía de la ermita y que viene a poner de manifiesto la antigüedad de la dedicación religiosa de este espacio situado junto al paraje El Soto.
Parroquia de Santa Ana
Edificada en el siglo XVI, la iglesia fue construida con gran sencillez, hecho que confirma su interior dispuesto en torno a única nave dividida en cinco tramos por arcos fajones apuntados, siguiendo un esquema que, por repetido en el ámbito de Los Pedroches, no deja de ser sumamente atractivo.
En su fachada destacan una serie de voluminosos contrafuertes que enmarcan y delimitan la portada más vistosa del templo diseñada por Hernán Ruiz II, que remarcó el aire elegante de este acceso con unos adornos esculpidos en el arco de medio punto que da entrada al templo.
HINOJOSA DEL DUQUE
Patria de la "Fermosa Vaquera" que cantara el Marqués de Santillana. Hinojosa del Duque es un pueblo de grandeza, en su historia y monumentalidad como así lo deja patente la Iglesia de San Juan Bautista "Catedral de la Sierra", uno de los conjuntos histórico-artísticos más importantes de provincia, y en las incontables ermitas que se extienden por el pueblo y por sus alrededores y que son escenario de veneración y regocijo popular cuando llega la primavera, destacando entre todas la Romería de la Virgen de la Antigua, la patrona.
Es en este pueblo donde la gastronomía cobra un protagonismo especial, unida siempre a las fiestas religiosas y civiles: relleno, sopa dorada, ajoblanco, lechón fritos... y entre la dulcería, de gran proyección comercial, las perrunas. Gran tradición artesanal constituyen la forja y la alfarería aunque ya en menor medida que antaño.
Esta localidad ofrece uno de los conjuntos monumentales más notables del norte de la provincia de Córdoba. Vinculada a la casa condal de Belalcázar desde 1.444, se convirtió en el municipio más importante del citado señorío gracias a las virtudes de sus tierras que desde tiempo inmemorial han sido aprovechadas mediante cultivos de cereal, permitiendo al mismo tiempo una amplia dedicación ganadera.
Esta singularidad histórica está muy presente en el carácter de sus gentes y en las formas constructivas de sus edificios más emblemáticos. Como ocurre con el Convento de la Purísima Concepción con dos portadas de estilo clásico construidas en el siglo XVI, o la Fuente del Pilar, durante siglos parada obligada para los pastores trashumantes y centro de las ferias de ganado.
Dentro del casco urbano también hay que mencionar otras construcciones como las ermitas de Santa Ana (Monumento Histórico Artístico), San Isidro, San Gregorio, o las parroquias de San Sebastián y San Isidro Labrador. Muy cerca del casco urbano, la ermita del Cristo de las Injurias ofrece vistas panorámicas de Hinojosa y la vecina Belalcázar. Mientras que por el contrario, las ermitas situadas en el medio rural denotan mayor antigüedad, como ocurre con la de la Virgen de la Antigua o San Benito, que aparecen mencionadas en el libro de monterías de Alfonso XI. Una situación que vuelve a repetirse en las de San Bartolomé y Santo Domingo.
Catedral de la Sierra
Esta es la denominación popular de la parroquia de San Juan Bautista debido a la magnitud y maestría arquitectónica de este templo, donde el granito se hace palabra. La iglesia, de planta basilical, consta de tres naves separadas por pilares de tradición románica. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de crucería, mientras que la central lo está por un artesonado de par y nudillo con tirantas.
La capilla mayor, diseñada por Hernán Ruiz I, aparece cubierta por una bóveda estrellada que alberga en sus plementos una serie de pinturas barrocas.
En el interior destaca la capilla del baptisterio, diseñada por Hernán Ruiz II, que aparece cubierta por una bóveda vaída de granito con molduras que forman círculos y óvalos.
En el exterior, junto a la esbelta torre, hay que reflejar la grandiosidad de la fachada renacentista que se abre a la plaza, que muestra las dos líneas fundamentales de la arquitectura del siglo XVI, el plateresco y el clasicismo, gracias a la maestría de los Hernán Ruiz.
Otros detalles de interés los aportan el juego de ventanas plateresco de la sacristía, donde aparecen esculpidos los escudos de los Zúñiga y los Sotomayor, la ventana de la capilla del baptisterio, y la portada de los píes de estilo gótico-mudéjar.
Ermita de San Sebastián
Esta ermita supone el ejemplo más nítido de las ermitas serranas del norte de Córdoba. Su estructura está formada por grandes arcos fajones y cubierta de madera a dos aguas. Sus dimensiones más de 23 metros de largo y 10 de anchura, demuestran las magnitudes de este templo.
CONQUISTA
Defensor de salteadores cuando fue parada en el camino de la Plata, en Conquista se reconoce el silencio, la tranquilidad en un entorno de callecitas limpias y blancas, de fuerte granito en sus dinteles, para salir después en busca de espesas y frondosas dehesas de encinar en sus alrededores donde pastan rebaños de reses y cerdos.
Un interesante retablo barroco se alberga en la parroquia de Santa Ana, titular de sus fiestas patronales, entrañables, donde son típicos los encierros y la lidia de novillos; muy peculiar es la talla de las tablillas, hecha con una simple navaja con la que los pastores adornan los cierres de los zurrones de cuero, y los morteros de madera con los que se hace el gazpacho.
Conquista tuvo su origen en los siglos bajomedievales en torno a unas ventas destinadas a asistir y prestar protección a los viajeros que transitaban por el camino de La Plata. El nacimiento de esta población quedó reflejado en la novela "Vida del escudero Marcos de Obregón", de Vicente Espinel: "llegamos a Conquista, que es pueblo que se comenzaba entonces".
Poco poblada desde la antigüedad, Conquista alcanzaría su esplendor a finales del siglo XIX y en las primeras décadas del XX, debido a las explotaciones mineras y a la llegada del ferrocarril. Este nacimiento en torno al Camino de La Plata de Córdoba a Toledo ha dispuesto un poblamiento en torno a una calle camino sobre el que se asientan unas casas de dinteles graníticos y estancias abovedadas. Muy próximo al pueblo, en el parque de Navagrande y rodeada de un extenso y poblado encinar, se encuentra la ermita de San Gregorio, una moderna construcción que cobija la imagen del patrón de esta localidad.
Parroquia de Santa Ana
Está construida sobre una antigua edificación del siglo XVI, que había recogido las tradiciones existentes en la zona con respecto a esta advocación, y que recibió la visita de importantes personajes como Santa Teresa de Jesús.
La Iglesia actual tiene tres naves separadas por pilares con arcos de medio punto. Cuenta en su interior con un interesantes retablo de madera tallada y dorada procedente de la iglesia cordobesa de San Basilio, que presenta una clara disposición barroca en cuanto a cuerpos, calles y coronamiento.
CARDEÑA
Historia
Los primeros vestigios representativos de la presencia humana en la zona se sitúan en la Edad de los Metales, por los numerosos yacimientos que pueden datarse en ese período, iniciándose la ocupación durante el período Calcolítico o del Cobre y prolongándose durante la Edad del Bronce. Precisamente a estos momentos prehistóricos pertenecen hallazgos de arquitectura megalítica encontrados en parajes como la Venta del Charco, Navalazarza, Torrubia y Casa de Juan Sánchez. También cabe mencionar la exhumación de hachas metálicas en Torrubia y el Castillo de Azuel.
Estos primeros momentos de la Historia, al igual que la ocupación romana parece confirmarse que estuvieron ligados a los recursos mineros del término, sin que quepa una firme constatación arqueológica de la presencia de asentamientos urbanos de cierta envergadura.
Iniciada la Edad Media, es muy probable que el área del actual término comenzara a adquirir relevancia por su ideal situación en el eje de comunicación entre Córdoba y Toledo. Durante la presencia islámica el actual municipio perteneció a la cora o provincia de Fahs al Ballut (Campo de las Encinas), llegando a representar un medio políticamente muy dinámico por su valor estratégico en el siglo XI. Un buen ejemplo de esa importancia estratégica la encontramos en la posible batalla que se libró en la actual aldea de Azuel, en la que las tropas cristianas derrotaron a las huestes musulmanas de Córdoba y dieron muerte al que fuera alcaide cordobés Aben-Zuel. Tal fue el valor estratégico del paso natural por Sierra Morena que el viejo camino serrano conoció la construcción de numerosas fortalezas y atalayas para su defensa. Algunas de las fortalezas y torres se situaron en lugares como Torreparda, Inhiesta, Azuel, Navalconejuelo, Atalaya, Torrejón... Por desgracia estas fortalezas han sucumbido al paso de los siglos, al abandono y a los conflictos militares de la historia. Conserva aún cierta relevancia la denominada Atalaya de Cardeña, construcción militar que se levanta entre encinas y que formaba parte de un rosario de fortificaciones destinadas al control de las principales vías de comunicación que atravesaban la serranía junto a las fortificaciones de Fuencaliente (Ciudad Real), Villanueva de Córdoba, Marmolejo (Jaén), Montoro (Córdoba), Adamuz (Córdoba), Villa del Río (Córdoba), Andújar (Jaén), etc.
Tras la reconquista de estas por Fernando III “El Santo” y a lo largo de toda la Baja Edad Media se mantuvo el uso del viejo camino a Toledo, aunque presentaba un generalizado despoblamiento que favorecía el pillaje y la inseguridad de los viajeros. Con el propósito de reducir o eliminar esa inseguridad, sería Enrique III quien en 1394 concedió a la ciudad de Córdoba un total de doce ventas francas en los caminos que iban a Almodóvar del Campo y a la actual Ciudad Real por Adamuz y El Villar. El tramo de Adamuz, que corresponde a lo que posteriormente se conocería como Camino Real o Camino de la Plata, discurría por el límite occidental del actual término de Cardeña.
Para encontrar el nacimiento de Cardeña también tendríamos que remontarnos a los antiguos caminos y ventas y, en concreto, al que discurría desde Montoro a Fuencaliente, ya utilizado en la época musulmana y entorno al cual se situaban seis ventas: La Chaparrera, Venta del Charco, Venta de San Antonio, Venta del Cerezo, Cardeña y Azuel.
Es, con la exención de cualquier tipo de tributo a aquellos abnegados venteros y alrededor de estas ventas, el lugar en el que se aglutinan los colonos que desde el siglo XVIII comenzaron a roturar el terreno, donde se conformarán los actuales núcleos de población. Precisamente, a mediados del XVIII en Catastro de Ensenada podemos hallar la descripción de tres ventas: las del Charco, Cardeña y Azuel, todas ellas formadas por una venta-posada y algunas viviendas con techos de retama y modesta fábrica.
MONTORO
Fenicios, griegos y cartaginenses visitaron la antigua Epora, pero son los romanos los que le dan mayor esplendor. Llegan a finales del siglo III a. de C. de una forma amistosa, pues la población se había mantenido al margen o como aliada de Roma en el litigio romano-cartaginés. Pocos años después Roma otorga a Montoro la condición de " civitas foederata " y en los primeros años del cristianismo la de municipio. Con la invasión de los pueblos germanos la Epora Romana pierde su esplendor, pero se mantiene independiente hasta la llegada de los árabes. Unos cinco siglos dura la dominación árabe. El día de San Bartolomé del año 1240, el rey Fernando III El Santo conquista Montoro.
Desde 1245 pertenece a la corona de Castilla bajo la jurisdicción de Córdoba. En 1658 pasa al Marquesado de El Carpio. Cuatro años después Felipe IV erige la villa en Ducado. En 1808 es declarada por Fernando VII " Ciudad Noble, Leal y Patriótica ".
Etapa Prerromana
El inicio de la prehistoria de Montoro se remonta a hace unos 50.000 años en el Musteriense, en pleno Paleolítico Medio, cuando el hombre coetáneo del llamado Neanderthal vivía en esta zona. Sin embargo, hay quien opina que hace unos 100.000 años el Homo Erectus ya caminaba por alguno de los parajes de la sierra montoreña.
En el quinto milenio antes de Cristo la presencia humana era más o menos sedentaria, según las hachas encontradas en el Palomarejo.
Al final del cuarto milenio antes de Cristo, las cistas encontradas en la Loma de la Higuera y los martillos mineros encontrados, atestiguan el paso del hombre por la zona.
Entre 1.100 al 950 a. de C. los fragmentos de cerámica y los restos de carbón y trigo carbonizados encontrados en el Llanete de los Moros testimonian el comienzo de la protohistoria de Montoro a partir del Bronce final con la presencia de población estable.
Durante los siglos VIII-VII a. de C. los hallazgos de cerámica bruñida, hecha a mano, en forma de cuencos o platos de cierto brillo metálico en el Llanete de los Moros y en el Palomarejo atestiguan la existencia de un pequeño núcleo protourbano estable con características parecidas a los de Ategua, Carmona,.. Este poblado del Bronce Final de viviendas de planta circular o elíptica, construidas con cantos rodados unidos con barro se prolongó hasta la Romanización.
En los siglos VII- VI a. de C. los fenicios imponen su cerámica fabricada a torno y pintadas con barniz rojo. De este periodo se encontró en el Llanete de los Moros un fragmento de peine marfil con una sola hilera de púas. El establecimiento humano en Montoro se mantuvo en la época inmediatamente posterior a la caída de los Tartessos. En el Llanete de los Moros se encontraron cinco fragmentos de recipientes fabricados según la técnica de núcleo de arena.
En el s. III es previsible que la influencia púnica se dejara notar en el Montoro prerromano.
Etapa Romana
Epora durante el litigio romano-cartaginés debió permanecer al margen o como aliada de Roma. Epora debió llegar a un pacto con Roma y no fue sometida por la fuerza. Una vez conquistada por los romanos, la población se extiende por lo que después quedaría dentro de la muralla romana.
El hecho de que los eporenses apoyaran a Escipión contra los cartaginenses favoreció las relaciones entre los dos pueblos y Epora firmó un " foedus " o tratado hacia el año 206 a. de C. adquiriendo la categoría de " civitas foederata ". El que a finales de la República sólo existieran tres ciudades confederadas en la Bética ( Gades, Malaca y Epora ), pone de relieve la importancia de tal rango.
Estas ciudades fueron perdiendo su autonomía y se transformaron en municipio. La transformación administrativa de Epora se consiguió en los primeros años del cristianismo, siendole otorgada por Augusto como recompensa a su fidelidad a César, su padre adoptivo, en disputa con Pompeyo.
En cuanto a las comunicaciones baste decir que Epora era la primera mansión de la " Vía Augusta " de Corduba a Castulo que tenía un tramo por la sierra y otro por la campiña. Las mansiones eran una especie de casa de posta que contaban con caballos y carros de refresco.
En la época de decadencia del Imperio, Epora se convierte al cristianismo a principios del s. IV.
Etapa Visigoda
Con la invasión de los pueblos germanos, la Epora romana pierde su esplendor pero se mantiene independiente hasta finales del s. VI.
Es ésta una época oscura para la historia de Montoro, y las huellas más importantes dejadas en ella por los visigodos son las inscripciones.
Etapa en la Edad Media
Durante cinco siglos de dominación árabe, Kantara-Estesan o Hins Muntur, posibles nombres de Montoro, estuvo sujeta a diversos escarceos bélicos entre fieles y cristianos. Tras su llegada en el 712, los musulmanes se fortifican, reconstruyen los Castillos de la Mota y de Julia , y agrandan sus murallas hasta el río.
En un principio la tolerancia religiosa y la no confiscación de las tierras de los cristianos que no habían huido, hubo convivencia entre los dos pueblos. Sin embargo, la historia medieval montoreña no es conocida hasta la conquista cristiana en el s. XII. El 24 de agosto de 1240 , día de San Bartolomé , el Rey Fernando III el Santo conquista definitivamente la ciudad. Desde 1245 pertenece a la Corona de Castilla bajo la jurisdicción de Córdoba.
Montoro en la Edad Moderna
En 1633 dos comisionados montoreños piden a Felipe IV los libere de la tutela cordobesa. Se pacta la eximisión, previo pago de treinta millones de maravedís. Veinticinco años después, la villa pasa a la jurisdicción del marqués de El Carpio.
El 10 de Enero de 1660 los capitulares montoreños traicionan a la población firmando la cesión de renuncia de jurisdicción en favor del citado marqués. En 1662 Felipe IV erige la villa en ducado. En el 68 al casarse Catalina de Haro, Marquesa de El Carpio y Duquesa de Montoro, con el Duque de Alba convergen los tres títulos en una misma familia.
El status jurídico de la villa sería claramente señorial, pero al no vender el Rey a los de Haro nada más que algunas tierras del término, presenta cuando menos confusión: en 1731 Catalina Mendez de Haro, nieta del primer Duque de Montoro, reclama la posesión efectiva del término. El pueblo no cede a sus pretensiones y solicita al rey su protección. Se inicia un largo litigio entre villa y señorío que durará algo más de un siglo y que acabará sólo cuando sean abolidos los derechos señoriales.
Edad Contemporanea
En la lucha contra los franceses, Montoro juega un papel muy importante; por ello, el rey Fernando VII reconoce el patriotismo de los montoreños concediéndole el título de " Noble, Leal y Patriótica " el 8-8-1808, facultando al Ayuntamiento al uso de Maceros para dar solemnidad a los actos oficiales y otorgándole el trato de Señoría a todos los ediles de la Corporación.
Ya en 1969, se la declara por su riqueza artística y su típica arquitectura popular, Conjunto Histórico Artístico, estando considerada en la actualidad como la ciudad más pintoresca de la provincia de Córdoba.
Calidad natural
En el plano gastronómico se recomienda degustar platos típicos como los faisanes ( variedad de seta ), el ajo sopeao, las papas en coña, las vinagreras, la carne de monte, todo ello cocinado con el rico aceite de oliva de la Sierra Montoreña, que en breve se convertirá en la nueva Denominación de Origen de Aceite de Oliva, bajo el nombre de Montoro-Adamuz.
La gastronomía de esta ciudad va íntimamente ligada a su riqueza cinegética, pues en sus cotos se encuentran en abundancia especies como el jabalí, el ciervo, el conejo o la perdiz. Merece destacarse también sus exquisitos dulces, entre los que destacan los Mazapanes de Montoro La Logroñesa y la miel de la Sierra, ésta ultima comercializada por la Empresa Apícola de Montoro, que ha obtenido premios a la calidad y a la presentación artesanal, y ha obtenido la marca Parque Natural.
Bajo la denominación de Parque Natural de las Sierras Subbéticas encontramos un espacio protegido por la Junta de Andalucía en 1988, de gran riqueza ecológica y paisajística, con una superficie de 31.568 Ha., distribuido de forma irregular entre ocho municipios de la Mancomunidad: Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Iznájar, Luque, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros.
El elemento más característico de esta zona de media montaña es el hermoso modelado Kárstico de su roca caliza. El terreno, de fuertes pendientes y elevaciones, se alza sobre bellos y estrechos valles.
La vegetación de esta superficie protegida, típicamente mediterránea, es rica en encinas y quejigos, dándose también los arces y almeces. Uno de los grandes atractivos del Parque es la existencia de numerosas especies endémicas -ibéricas, béticas, norteafricanas y locales- y de otras cuyas floraciones se suceden a lo largo del año, como los lirios, los narcisos, las peonías o las orquídeas; junto a ellas destacan una serie de arbustos de gran belleza como el lentisco y el acebuche entre otros.
El viajero llegado a estas tierras atravesará sierras de gran importancia geológica, con paisajes contrastados y bellos que ofrecen características muy especiales para los visitantes. Destacan principalmente la Sierra de Cabra, que fuera declarada en 1.929 "Paraje de interés natural". La cima más alta de la misma, conocida como El Picacho, se encuentra a una altitud de 1.217 metros.
El Picacho está considerado como el "Balcón de Andalucía", pudiéndose divisar desde éste en días despejados no sólo las cumbres más importantes de la Subbética, sino la cordillera de Sierra Nevada. La Sierra de Cabra ofrece interesantes formaciones geológicas como el Lapiaz de los Lanchares.
El Parque Natural encierra en su interior el pico más alto de la provincia de Córdoba: la Tiñosa, con 1.570 metros. Otras sierras de gran belleza y riqueza geológica son las de Rute y Horconera, en esta última se halla la mencionada cumbre de la Tiñosa junto al pico Bermejo, de 1.476 metros, en ambas estribaciones se podrá observar los vuelos majestuosos del águila real y la perdicera, así como el halcón peregrino y el alimoche. En las cercanías de Rute encontraremos el bello paraje de la garganta del río La Hoz.
En el mencionado al principio macizo de Cabra, en las proximidades del pico Lobatejo y Abuchite, los vuelos del buitre leonado serán protagonistas altivos junto con las collalbas. En la vegetación destacan lentiscos, retama y romero. Otros picos de interés lo forman los Pollos y la Gallinera, cerca de Carcabuey.
Carcabuey
Municipio de la provincia de Córdoba. Su término municipal se encuentra dentro del Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Además la localidad de Carcabuey, existe la aldea del Poblado de Algar. Es un lugar ideal para practicar los deportes de senderismo, caballo, cicloturismo, etc., en permanente contacto con la naturaleza.
Dentro del municipio se han encontrado restos del paleolítico y del neolítico, además de restos ibéricos, romanos y árabes.
En la carretera que va de Priego de Córdoba a la localidad vecina de Cabra y que cruza el término municipal de Carcabuey se sitúa el Centro de Visitantes Santa Rita. En él se ubica un centro de interpretación del Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Se puede ver un audiovisual y una exposición.
El Ayuntamiento está en la localidad de Carcabuey (2.900 Hab.). La población recibe al visitante con su Castillo rocoso, clásico de la Subbética. La fortificación alberga, en su interior, la Ermita de la Virgen del Castillo (patrona de la localidad), cerca de las murallas descubrimos un aljibe romano.
Los templos religiosos son la Iglesia Parroquial de la Asunción (s. XIV), de estilo renacentista, donde, en su interior encontramos piezas de fina orfebrería o imágenes barrocas como el Cristo de Ánimas; la Ermita de San Marcos (siglo XVII); la Ermita de Santa Ana, en su interior se guarda la imagen de la Virgen de la Aurora o la Ermita del Calvario, desde donde divisamos bellos paisajes del Parque Natural de las Sierras Subbéticas.
Fiestas y Gastronomía
El Domingo de Resurrección se festeja la Pascua de los Moraos; del 14 al 17 de agosto las Ferias, a finales del mismo mes tienen lugar las Fiestas de la Aurora. El 7 y 8 de septiembre son las Fiestas Patronales.
Destacamos la gastronomía procedente de la matanza y de la huerta.
El plato más representativo de la localidad es el potaje de "habichuelas amonás" con morcilla negra. Cada época del año cuenta con un plato típico. Así en Carnaval degustaremos el delicioso relleno, en Semana Santa el potaje de garbanzos con bacalao, en invierno los productos procedentes de la matanza del cerdo (jamones, chorizos, morcilla, chanfaina, etc). En verano tenemos los estupendos gazpachos. Durante todo el año podemos degustar unas magnificas albóndigas de pescado.
La repostería también es rica en platos, destacando los mostachos de aceite o manteca que se comen en Navidad, o los pestiños y empanadillas en Semana Santa. Durante todo el año podemos disfrutar de la pastelería artesanal (roscos de vino, rosquetas y hojaldres).
El municipio forma parte de la zona de producción de un producto que sobresale por su calidad: el Aceite de Oliva Virgen Extra.
El Parque Natural de las Sierras Subbéticas presenta diferentes rutas senderistas y de montaña que permitirán contemplar la belleza y singularidad de este espacio ecológico, rutas que posibilitan el conocimiento de una
fauna y flora de gran variedad.
Iznajar
Castillo de Iznájar
En la parte más alta del Barrio de La Villa, el Castillo de Iznájar, símbolo y génesis de la localidad que comenzó su
construcción hacia mediados del siglo VIII, probablemente por constructores hispanogodos, continuándose con sucesivas reconstrucciones y ampliaciones hasta el siglo XV. De origen árabe da nombre a la localidad, derivando del sustantivo “hisn” (castillo) y del adjetivo “al-ashar” (alegre).
No fue hasta el siglo X cuando se configuró la planta que actualmente presenta, en el XI se elevaron los muros que rodean el patio de armas y se construyó un primer recinto que fue reforzado en el período nazarí abarcando el actual barrio de la Villa.
El segundo recinto amurallado, ya completamente nazarí, se acomodó al terreno para su aprovechamiento y se reducían sus construcciones a las puertas y algunos lienzos de muro en las laderas de la roca sobre la que se asienta la localidad.
El castillo se transformó como vivienda del administrador del duque de Sesa en el siglo XVIII manteniendo esta función hasta el siglo XX, siendo adquirido a sus últimos propietarios (el Conde de la Revilla y hermanos) por el Ayuntamiento en 1991 pasando a formar parte del patrimonio local.
Tras la intervención arqueológica realizada por la Junta de Andalucía se ponen en marcha las obras de restauración en el monumento. Las obras de recuperación del patrimonio histórico, comenzadas en marzo de 2007, fueron consecuencia de la inversión municipal, la colaboración de la Diputación Provincial de Córdoba a través del “Programa de Recuperación de Patrimonio Histórico” y del convenio suscrito a través del denominado “fondo del 1% Cultural” dentro de las actuaciones aprobadas en 2007 por la Comisión Mixta formada por el Ministerio de Fomento y el Ministerio de Cultura.
Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol
La Parroquia de Santiago Apóstol, en lo más alto de la villa, domina con sus imponentes masas de cantería. Es una obra inacabada y desarrollada desde 1547 a 1638 que constituyó un ambicioso proyecto renacentista cuya autoría se atribuye a Hernán Ruiz el Joven. Una amplia restauración, llevada a cabo desde el Obispado con la colaboración del Ayuntamiento y la Consejería de Empleo y con el patrocinio de Cajasur, durante los años 2005 a 2008 le ha devuelto su esplendor.
La iglesia parroquia proyecta su imagen sobre el peculiar cementerio de Iznájar, que se configura como un pequeño pueblo construido con las limitaciones impuestas por el lugar, en el que sus desniveles y pronunciadas cuestas se salvan con pequeñas terrazas y escalones.
Biblioteca Pública Municipal
En la misma plaza del castillo, Plaza de Alí Ben Cacín, un antiguo pósito construido en la época de Carlos III, fue reconvertido como Biblioteca Municipal, apreciada tanto por su número y calidad de volúmenes como por su arquitectura.
Ermita de "La Antigua"
Construcción del siglo XVII, una gran nave abovedada al final de la cual aparece un grandioso camarín del siglo XVIII, que ofrece la peculiaridad de formarse en su cubierta nueve tramos con ocho bóvedas y una cupulita central, elevado en cuatro columnas, lo que le otorga un carácter especial dentro del repertorio de camarines de la provincia, normalmente reducidos a simples recintos cuadrados u octogonales. En su interior se encuentra la imagen de la Virgen de la Piedad, Patrona de Iznájar.
Nuestra Señora de la Piedad es una figura de barro cocido policromado estéticamente enmarcada en la corriente flamenco-borgoñona. La imagen parece estar datada en los años centrales del cuatrocientos, la obra guarda semejanza con las de Lorenzo de Mercader o Mercadante de Bretaña que trabajó en Sevilla entre 1453 y 1467. Su autoría hay que atribuirla a algún artista seguidor del citado maestro por estos años.
Patio de las Comedias y San Rafael
Dentro del recinto murado, a la derecha queda el Patio de las Comedias, cuyo nombre le viene de las representaciones teatrales que aquí se hacían en otro tiempo, al fondo un pequeño mirador junto a una de las torres del recinto sobre la que se encuentra una imagen de San Rafael.
Museos Locales
Justo en la entrada del recinto amurallado del castillo se encuentra la Casa de la Juventud, sede de los museos locales.
Con el museo de aperos de labranza y tradiciones populares, creado en 1996 por iniciativa municipal, se ha pretendido reunir una parte considerable del patrimonio etnográfico y cultural del municipio: aperos y herramientas agrícolas, y la artesanía tradicional o cerámica que recrean los modos de vida en los cortijos y casas de campo en otros tiempos.
Junto al anterior se ubican los museos de artes y oficios, creados en 2007 y que han querido rendir homenaje a esos oficios ya desaparecidos recreando el interior de una talabartería, de una tradicional barbería y también una fragua de herrería, oficios que en otros tiempos fueron seña de identidad de la población iznajeña.
El Área de Cultura del Ayuntamiento de Iznájar y las donaciones de familias de la localidad, con la dirección de Rafael Quintana, han hecho posible que a través de los museos de artes y oficios el visitante pueda revivir un periodo de la historia cultural del municipio, mostrando el modo de vida y como transcurría la existencia cotidiana en la localidad iznajeña hasta que las nuevas formas de vida fueron arrinconando esta riqueza patrimonial que se expone en ellos. La visita a los museos en la Casa de la Juventud se completa con el museo de esculturas naïf Antonio Cañizares, que desde el año 2005 tiene reservada una sala donde se expone una muestra perenne de la obra del desaparecido y singular artista iznajeño donde su arte puede ser apreciado y disfrutado por todos.
La Sala Museo "Antonio Quintana" se ubica en pleno centro del conjunto histórico del emblemático barrio de La Villa, junto a la plaza de Muhamad ben Cabeha, y que inaugurada el día 7 de julio de 2010 recoge una parte importante de la trayectoria del artista iznajeño.
CABRA
TURISMO
Recorrido turístico por la población de Cabra
En la villa encontramos monumentos de cierto interés, especialmente Castillo, Iglesia de la Asunción y Ángeles, Convento de las Agustinas, Parque de la Fuente del Río, Castillo de los Duques de Sessa y Murallas, Casa Numero 3 de la Calle Juan de Ulloa (Casa Natal de Juan Valera) y Restos de la Muralla medieval.
Las fiestas más importantes de Cabra son Semana Santa en Cabra (En abril), San José Obrero en Cabra (1 de mayo), Romería Nacional de Gitanos en Cabra (En junio), Natividad de Nuestra Señora en Cabra (8 de septiembre) y Día de Andalucía (28 de Febrero).
ZUEROS
La cueva de los murciélagos y Zuheros
A cuatro kilómetros de Zuheros , en la cima del Cerro de los Murciélagos, se encuentra la cueva también denominada de los Murciélagos, evidentemente por ser estos mamíferos sus moradores. Se trata de un yacimiento neolítico, conocido internacionalmente por su gran valor arqueológico, en el que se encontraron las primeras manifestaciones del arte del Paleolítico Superior en la comunidad.
Además de la cueva, las blancas fachadas de Zuheros merecen una visita. La localidad alberga una famosa fortaleza que junto con las murallas de la villa, representa un buen ejemplo de estructura defensiva medieval, que podría encuadrarse entre mediados del siglo XII y XI.
FUENTE TÓJAR
El municipio de Fuente Tójar se encuentra en la provincia de Córdoba.
El Ayuntamiento se encuentra en la localidad de Fuente-Tójar (842 habitantes), de la que el destino quiso hacer un lugar privilegiado para el estudio de esa etapa de transición que fue la Protohistoria.
Los monumentos religiosos son la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario (siglo XVIII), de estilo barroco y en su interior se encuentran numerosas imágenes barrocas, destacando la de San Isidro. En lo alto de la población se encuentra la Ermita del Calvario.
En el Museo Arqueológico, se guardan piezas halladas en "El Cerro de las Cabezas", objeto de posible visita y lugar de asentamiento de un poblado ibero-romano.
Podemos subir a un mirador (en el mismo pueblo) desde donde se pueden ver excelentes vistas de la población y su término municipal.
Fuente Tójar es conocida por sus peculiares "Danzantes" y su danza que se ejecuta en la Feria de San Isidro (15 de mayo), que data del siglo XII. El 19 de marzo se celebra San José. Las Fiestas de La Alcaparra, tienen lugar el 2º domingo de agosto. Y el 7 de octubre celebra a la Virgen del Rosario.
RUTE
El origen de la ciudad se remonta a la época islámica. Se han encontrado restos en la zona de un antigua fortaleza de esta época. Sufrió las vicisitudes propias de los pueblos fronterizos, cambiando de manos en numerosas ocasiones. El infante Pedro se apodera de Rute hacia 1315 repoblándola de cristianos. En 1323 pasa nuevamente a manos árabes, reteniéndola hasta 1341, año en que Alfonso XI la incorpora a la corona. Posteriormente, volvió a manos de lo árabes. En tiempos de Juan II fue conquistada por Sánchez de Barrionuevo, repoblándola con colonos de Segovia.
Pasó a depender del condado de Cabra en 1466, y poco después al ducado de Sessa. La industria del aguardiente comienza a desarrollarse a partir del siglo XVII. En la ciudad vivió el poeta Rafael Alberti durante el año 1926.
Los primeros datos sobre el municipio los encontramos en la época islámica. Así lo demuestran los restos encontrados de un antigua fortaleza de esta época. Sufrió las vicisitudes propias de los pueblos fronterizos, cambiando de manos en numerosas ocasiones. El infante Pedro se apodera de Rute hacia 1315 repoblándola de cristianos. En 1323 pasa nuevamente a manos árabes, reteniéndola hasta 1341, año en que Alfonso XI la incorpora a la corona. Posteriormente, volvió a manos de lo árabes. En tiempos de Juan II fue conquistada por Sánchez de Barrionuevo, repoblándola con colonos de Segovia. Pasó a depender del condado de Cabra en 1466, y poco después al ducado de Sessa. La industria del aguardiente comienza a desarrollarse a partir del siglo XVII. En la ciudad vivió el poeta Rafael Alberti durante el año 1926.
Es una ciudad que recibe al viajero con el aroma de sus ricos dulces de Navidad. En este sentido las destilerías de anís constituyen una tradición de gran solera.
PARA VISITAR:
- Rute el viejo
- Ruinas de la fortaleza abandonada en 1433
- Torre del Canuto
- Torre musulmana desde la que se puede disfrutar de uno de los mayores atractivos de Rute => el paisaje
- Zambra
- Ruinas de un castillo medieval
- Museo del Anís => Donde tendremos la oportunidad de contemplar la evolución e historia de este sector
- Monumento al Anís
- Aldeas => Hay varias aldeas en los alrededores de Rute. Garganta de la Hoz. Es un paraje de gran belleza.
LUQUE
NEOLÍTICO EN LUQUE.
01/09/11
En el año 2001 nace en Luque el proyecto Luque Tierra de Fronteras, con el ambicioso propósito de ser una guía de gestión en lo referente al patrimonio luqueño.
Dentro de este proyecto estaba la realización de un Museo Municipal. Objetivo que se vio cumplido en el año 2004 con la inclusión del Museo Municipal Luque Tierra de Fronteras en el Registro de Museos de Andalucía.
En el casco urbano de Luque, cerca del Museo Municipal, existe una pequeña cueva llamada de la Encantada. En la misma se han realizado diferentes campos de trabajo nacionales, en la actualidad se está acabando el sistema de iluminación por parte del módulo de Energías Renovables del Taller de Empleo que se está desarrollando en Luque, y sobre la misma está proyectado la realización de pinturas murales neolíticas con los motivos que han sido encontrados en otras cuevas y covachas de la localidad que están en lugares de difícil acceso, un sistema educativo por medio de sombras proyectadas y grabaciones. El proyecto de puesta en valor de esta cueva también estaba reflejado en el proyecto Luque Tierra de Fronteras.
En la actualidad se está realizando un libro para su posterior publicación sobre las pinturas murales neolíticas en Luque por parte de José Antonio Mora, espeleólogo reconocido, perteneciente al grupo baenense GAEA, y por Francisco M. León Cruz, director del Museo Municipal Luque Tierra de Fronteras. Cabe destacar que se ha encontrado en nuestro término una pintura única en el mundo por el motivo que representa.
En la entrada de la cueva o bien en la puerta del museo, junto a la línea de murallas, en una explanada existente, se piensa hacer talleres para colegios sobre cómo era la pintura en esta época en la que los niños que vengan en visitas concertados con los colegios podrán pintar a la usanza de la época. Con los trabajos realizados se hará un gran concurso anual en el que se elegirán los mejores trabajos que serán expuestos en una gran exposición, dando gran difusión a nuestro proyecto.
Hace un par de años, tras un convenio entre el Ayuntamiento de Luque y el grupo de espeleología G 40 para hacer un inventario de las cuevas y cavidades de Luque, se encontró una cueva en la que existían gran cantidad de artefactos en superficie, incluso la existencia de muros para aterrizar, de ahí la denominación que se le puso a la cueva “de los Muros”. En la actualidad está redactado el proyecto arqueológico de recogida de materiales superficiales de la misma para su posterior exposición en el Museo Municipal.
El Museo Municipal va a ser ampliado. Dentro del estudio museográfico se ha decidido la realización de una puesta en escena con imitación a una cueva, entrada con un arco de medio punto, no utilización de vanos de luz exterior, el pintado de las paredes en color gris y el juego vendrá con la iluminación de la sala y de las vitrinas.
HORNACHUELOS
Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos
El Parque Natural de Hornachuelos enclavado en Sierra Morena, se ubica en el sector occidental de la provincia de Córdoba. La superficie de 60.032 hectáreas incluye parte de los términos municipales de Almodóvar del Río, Hornachuelos, Posadas, Villaviciosa de Córdoba y en menor medida, Córdoba capital. En su ámbito de protección abunda la encina, en sus zonas más húmedas se dan alcornoques y quejigos y cerca de la Vega del Guadalquivir es frecuente el acebuche.
En cuanto a la fauna, la Sierra de Hornachuelos acoge la segunda mayor colonia de buitre negro de Andalucía y tres colonias más de buitre leonado. El águila real perdicera, la amenazada cigüeña negra y el también en peligro lince ibérico, jabalíes, lobos, hasta las nutrias han hecho del parque su hábitat.
El Parque Natural Sierra de Hornachuelos alberga una de las zonas de bosque mediterráneo y de ribera mejor conservadas de Sierra Morena. Junto a Sierra Norte (Sevilla) y Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva), conforma la Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena.
Este reconocimiento se debe, en parte, a la gran diversidad biológica que alberga este espacio natural cordobés. La encina, como especie dominante, convive con alcornoques y quejigos en las zonas más húmedas; con acebuches en las vegas de los ríos, e incluso con algarrobos y palmitos, si el sustrato es calizo, como ocurre en el Suroeste. En las zonas más llanas, la dehesa conforman el paisaje, dejando paso al bosque denso y a las formaciones de matorral en las más abundantes zonas de relieve abrupto.
Allí donde el suelo es de cuarcita y pizarra, en el paisaje aparecen profundos barrancos esculpidos por los principales ríos del Parque Natural: el Bembézar, el Retortillo y el Guadiato. Recorriendo el Sendero del Guadalora, afluente del Bembézar, se descubre el bosque de ribera que lo jalona, reino de especies como álamos, alisos, sauces y fresnos, junto con majuelos, hiedras y adelfas. Dentro del agua, destaca también la presencia de ranúnculos, lentejas de agua y otras especies acompañantes.
Pasear por sus senderos transporta a lugares llenos de encanto: saucedas, bellos embalses como el del río Bembézar, cañones, dehesas de cerdo ibérico, áreas de descorche tradicionales, caleras de piedra para elaborar cal quemando jaras. Y para los románticos, junto al abandonado Seminario de Los Ángeles aparece la Peña del Fraile, que inspiró la conocida obra del Duque de Rivas, "Don Álvaro y la fuerza del sino"; ambos hitos son visibles desde el sendero del Bembézar.
Paseando por estas sendas es fácil la contemplación de rapaces, pues el Parque acoge una de las mayores colonias de buitre negro de Andalucía, además de una importante población de buitre leonado. Águilas reales, imperiales y perdiceras así como cigüeñas negras también anidan en este espacio. Otros animales son la nutria, el meloncillo, el ciervo y el jabalí.
Es muy recomendable visitar los pueblos que conforman el Parque: Hornachuelos, Posadas, Almodóvar del Río y Villaviciosa de Córdoba. En ellos se podrá degustar los manjares serranos, como los embutidos o la carne de caza, y llevar como recuerdo variados tarros de miel o los trabajos de ebanistas y taxidermistas. Tampoco podemos abandonar el Parque sin visitar la aldea de San Calixto, situada en el corazón de la Sierra.
VILLAVICIOSA DE
CÓRDOBA
Turismo y ocio Villaviciosa de Córdoba, situada al sur de la comarca del Guadiato, en plena Sierra Morena Cordobesa, con una cuarta parte de sus 480 km2 de territorio dentro del Parque Natural de Hornachuelos , y la mayor parte del mismo dentro de la Red Natura 2000 , es un lugar incomparable para practicar deportes como el senderismo, ciclismo de montaña, paseo a caballo, piragüismo, pesca, caza, etc.
Por otra parte la cercanía a Córdoba capital, te ofrece la posibilidad de visitar una gran variedad de monumentos, como la Mezquita, Medina Azahara etc. y pasear por las callejas de su casco histórico, proclamado Patrimonio Mundial por la Unesco.
Podras disfrutar de un paisaje variado con dehesas y pinares que se alternan con viñas, olivares y bosques de quercineas al más puro estilo mediterraneo.
Senderismo :
La sierra está interconectada por multitud de caminos que se cruzan formando una red por la que en otros tiempos circulaban hombres y ganado. Actualmente se pueden utilizar para hacer senderismo, deporte que cada día tiene más adeptos entre los que buscan una alternativa al modo de vida sedentaria de la ciudad.
Piragüismo, Pesca, Deportes acuáticos sin motor:
El embalse de Puente Nuevo junto al que se encuentra el Camping Municipal de Puente Nuevo, proporciona un marco incomparable para la práctica de estos deportes.
Cinegética:
Villaviciosa es un cazadero tradicional al que hace referencia "El libro de la Montería". Con gran cantidad de cotos de caza de distintas calidades dentro de su término, tiene asegurada la satisfacción para los amantes de este deporte.
Camping Puente Nuevo:
¡ A solo 30 minutos de Córdoba capital!
Situado en pleno centro de Sierra Morena, muy cerca del Parque Natural de Hornachuelos,cuenta con unos alrededores de gran belleza natural. Su magnífica ubicación hacen del camping un lugar idóneo para disfrutar del embalse de Puente Nuevo y del Río Guadiato. Su rica Fauna es otro de los atractivos para pasar unos días de descanso en contacto con la naturaleza.
ALMODOVAR DEL RIO
Historia
Un río, el Guadalquivir, y un cerro, el redondo, son claves para el posterior desarrollo de la historia de Almodóvar del Río. Desde el Paleolítico inferior hubo pobladores ya que, por su privilegiada situación geográfica, no habrá cultura que no deje vestigios en su entorno, siendo el cerro del castillo testigo del paso de civilizaciones, con restos neolíticos, íberos, romanos, visigodos y árabes.
En 1240 fue incorporada mediante pacto a la corona de Castilla por Fernando III, quien la entregó tres años después al consejo de Córdoba. Con Alfonso X, en 1267, se establecieron los límites entre Almodóvar y Posadas. En 1360, Pedro I se aposentó en su castillo, como también lo haría en repetidas ocasiones Enrique II. La tenencia del castillo de Almodóvar se vincula durante el S. XV a la Casa de Baena y Cabra.
Almodóvar y su castillo sirvieron de fianza para comprar Fuente Obejuna en 1513, pero volvió a manos de la corona. La villa tuvo una jurisdicción de realengo, vinculada a la ciudad de Córdoba, hasta que Felipe IV accedió a la venta de la villa de Almodóvar en 1629. El comprador fue Francisco del Corral y Guzmán, caballero de la Orden de Santiago, y así el pueblo pasó a ser señorío.
Este pueblo ha participado en los acontecimientos históricos de los últimos siglos, como la Guerra de la Independencia, la desamortización de Mendizábal y, finalmente, en el movimiento campesino de la II República, la Guerra Civil o la emigración masiva de sus conciudadanos en la década de los 70.
Monumentos
El principal monumento religioso es la Parroquia de la Inmaculada Concepción, iglesia con una única nave longitudinal y un crucero de brazos cortos con cabecera recta. La construcción inicial data de los s. XVII o XVIII, ofreciendo un acabado de clara vinculación barroca. Ha sufrido modificaciones posteriores, la más reciente tras el incendio que casi la destruyó en 1991, en el que se perdieron imágenes y el retablo mayor.
Muy cerca de pie se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Rosario y San Sebastián, dedicada hoy a la Virgen del Rosario, patrona de la localidad. Fue fundada por Fernando III El Santo con motivo de la conquista de la plaza. La ermita pertenece al barroco andaluz (segundo tercio del s. XVIII) y de ésta destaca la nobleza y austeridad decorativa del remate del acceso principal y la elegante espadaña que remata los pies de la construcción.
La capilla y Convento de Nuestra Señora de Gracia data del siglo XVII y fue en su tiempo ermita y hospital. Destaca en la capilla la parte baja del retablo de 1.619, con dos tablas que representan a San Sebastián y Santiago. Actualmente se ha convertido en colegio, conservándose la capilla desde donde sale en procesión la Hermandad de Jesús Nazareno.
El cortijo de Fuenreal está situado a 3 kilómetros de la localidad por el Camino de los Toros. Es un típico cortijo andaluz, fechado en 1.733, que posee en sus tierras restos de un aljibe romano. Entre sus dependencias sobresale el patio y la capilla. Aquí se celebra la Romería de la Virgen de Fátima que tiene lugar a principios de mayo.
En cuanto a la arquitectura de carácter civil, destacamos el Castillo de Almodóvar o de la Floresta, sin duda la obra más emblemática por razones históricas, monumentales y paisajísticas. Se establece como una fortificación de origen romano pero, realmente, será con la presencia musulmana cuando este castillo se consolide en cuanto a dimensiones y calidad de materiales. A partir del 2002 las puertas, torres, dependencias y salas de la fortaleza se han abierto y tematizado para el turismo. Asimismo, parte del conjunto se ha habilitado para sala de celebraciones, reuniones y banquetes. Como anécdota destacar la leyenda popular que dice que cada 28 de marzo el espíritu de la princesa Zaida pasea gimiente por las almenas del castillo, esperando en vano el regreso de su esposo el príncipe Fath al-Mamun, muerto ese día del año 1091.
El Mirador de las Pairejas está situado en un lugar privilegiado, la calle Pairejas, en la falda de la peña donde se sitúa el castillo y sobre la curva del Guadalquivir. Desde él podemos admirar magníficas vistas del Castillo, su peña y la Vega del Guadalquivir.
El Mirador del Ribazo, situado en la plaza del mismo nombre, es una bella balaustrada con jardín que se asoma a la Vega y a la Campiña, ofreciéndonos la impresionante visión de tierras onduladas hasta el horizonte y una magnífica visión del castillo.
Situado sobre la peña, el Mirador Natural del Castillo.
VALLE DE LOS PEDROCHES
LOS PEDROCHES
Al norte de Córdoba, una vez cruzada la sierra -superando el mítico Puerto del Calatraveño-, se extiende un paisaje de suaves colinas y encinar, una tierra de pueblos labrados por el granito: Los Pedroches, donde la encina, sustento de una rica cabaña ganadera, reina en el paisaje junto con el granito, materia prima de arquitectos y canteros a lo largo de los siglos para levantar iglesias catedralicias, ermitas tardogóticas y casas populares de labrados dinteles.
La comarca de Los Pedroches guarda un aroma espeso de historia ancestral que, aún, se mantiene incólume en su arquitectura: La torre de Pedroche, lacatedral de la Sierra (en Hinojosa del Duque), las hermosas fachadas heráldicas de Dos Torres o el castillo de Belalcázar, son algunos de los muchos ejemplos para visitar en la zona. Por otra parte, la comarca de Los Pedroches tiene otras muchas características que la definen y que, sin ninguna duda, deleitarán los sentidos del viajero que en ella se adentre. Destaca, por ejemplo, su rica gastronomía (basada, esencialmente, en los productos del cerdo ibérico) en la que sobresalen sus sabrosísimos embutidos -chorizo, salchichón, relleno y morcilla-, además de su variadísima dulcería (hojuelas, roscos, flores, perrunas, etc...) que, en cada uno de los pueblos de la comarca, guarda su toque peculiar y característico. Asímismo, en relación de algún modo, con la gastronomía, Los Pedroches es una comarca de enorme riqueza cinegética, donde abundan la perdiz y el jabalí, la paloma torcaz, el conejo y la liebre, siendo esta tierra un paraíso codiciado por los aficionados al deporte de la caza, llegando hasta estos pueblos muchos cazadores, no sólo de la provincia, sino de otros puntos y lugares del país. Además de por su riqueza cinegética, la comarca destaca por su variada vegetación; el paisaje de Los Pedroches es suave y ameno, de colinas redondeadas y frondosas dehesas, conservando intacto el modelo de bosque mediterráneo: Junto con las encinas centenarias,sobresalen las retamas, los lentiscos, las jaras y el brezo, el espliego, el madroño, la coscoja, la ruda, el torvisco, por citar algunos árboles y arbustos cuya total enumeración resulta imposible.
Sin embargo, no es posible dejar de mencionar las frondosas y románticas alamedas, las hileras de chopos blancos y olmos robustos que se extienden junto a las riberas de algunos ríos como el Cuzna, Guadamatilla, arroyo Lanchar, y otros muchos que discurren por Los Pedroches. El viajero que llegue a esta comarca tan genuina podrá disfrutar también de su rico folclore, de sus tradiciones, milenarias y ancestrales, que se pierden en la noche de los tiempos, de sus ferias alegres y sus peculiares romerías que conservan su viejo sabor a través de los años. Al viajero le entusiasmará escuchar la jotilla de Los Pedroches, tocada y bailada a la antigua usanza -con la sartén y la botella de vidrio-, y podrá aspirar la honda esencia de un folclore que bebe en aguas de Extremadura y Castilla-La Mancha; en cuanto a las romerías, son muchas y variadas: la de la Virgen de Luna -en Villanueva de Córdoba y en Pozoblanco-, la Virgen de la Alcantarilla -en Belalcázar-, la Divina Pastora -en Villaralto-, la Virgen de Veredas en Torrecampo... en las que aún se mantiene un intenso fervor de autenticidad, un sabor humano y sencillo, incontaminado, que hacen de esta comarca, Los Pedroches, al norte de Córdoba, una tierra entrañable y hermosa, cargada de historia, donde el viajero descubrirá el sabor de lo antiguo, el hogareño aroma de lo auténtico.
Las características geográficas de la comarca han marcado su desarrollo económico a lo largo de la historia. Abandonadas por falta de rentabilidad, o esquilmado el subsuelo, las minas diseminadas por todo el territorio y que en el siglo XIX y principios del XX dieron a esta tierra su máximo esplendor, han dejado paso a una abundante y rica cabaña ganadera (porcino, vacuno y ovino) que está posibilitando el desarrollo de este sector así como de la industria agroalimentaria y del sector servicios.
La comarca de Los Pedroches está integrada por 17 municipios que albergan a 58.484 habitantes, según el último censo realizado en 1.996: Alcaracejos, Añora, Belalcázar, Cardeña, Conquista, Dos Torres, Fuente La Lancha, El Guijo, Hinojosa del Duque, Pedroche, Pozoblanco, Santa Eufemia, Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Duque, Villaralto y El Viso. Todos ellos integran, desde 1993 la Mancomunidad de Municipios de Los Pedroches.
Al norte de Córdoba, una vez cruzada la sierra -superando el mítico Puerto del Calatraveño-, se extiende un paisaje de suaves colinas y encinar, una tierra de pueblos labrados por el granito: Los Pedroches, donde la encina, sustento de una rica cabaña ganadera, reina en el paisaje junto con el granito, materia prima de arquitectos y canteros a lo largo de los siglos para levantar iglesias catedralicias, ermitas tardogóticas y casas populares de labrados dinteles.
La comarca de Los Pedroches guarda un aroma espeso de historia ancestral que, aún, se mantiene incólume en su arquitectura: La torre de Pedroche, lacatedral de la Sierra (en Hinojosa del Duque), las hermosas fachadas heráldicas de Dos Torres o el castillo de Belalcázar, son algunos de los muchos ejemplos para visitar en la zona.
Por otra parte, la comarca de Los Pedroches tiene otras muchas características que la definen y que, sin ninguna duda, deleitarán los sentidos del viajero que en ella se adentre. Destaca, por ejemplo, su rica gastronomía (basada, esencialmente, en los productos del cerdo ibérico) en la que sobresalen sus sabrosísimos embutidos -chorizo, salchichón, relleno y morcilla-, además de su variadísima dulcería (hojuelas, roscos, flores, perrunas, etc...) que, en cada uno de los pueblos de la comarca, guarda su toque peculiar y característico. Asímismo, en relación de algún modo, con la gastronomía, Los Pedroches es una comarca de enorme riqueza cinegética, donde abundan la perdiz y el jabalí, la paloma torcaz, el conejo y la liebre, siendo esta tierra un paraíso codiciado por los aficionados al deporte de la caza, llegando hasta estos pueblos muchos cazadores, no sólo de la provincia, sino de otros puntos y lugares del país. Además de por su riqueza cinegética, la comarca destaca por su variada vegetación; el paisaje de Los Pedroches es suave y ameno, de colinas redondeadas y frondosas dehesas, conservando intacto el modelo de bosque mediterráneo: Junto con las encinas centenarias,sobresalen las retamas, los lentiscos, las jaras y el brezo, el espliego, el madroño, la coscoja, la ruda, el torvisco, por citar algunos árboles y arbustos cuya total enumeración resulta imposible. Sin embargo, no es posible dejar de mencionar las frondosas y románticas alamedas, las hileras de chopos blancos y olmos robustos que se extienden junto a las riberas de algunos ríos como el Cuzna, Guadamatilla, arroyo Lanchar, y otros muchos que discurren por Los Pedroches.
El viajero que llegue a esta comarca tan genuina podrá disfrutar también de su rico folclore, de sus tradiciones, milenarias y ancestrales, que se pierden en la noche de los tiempos, de sus ferias alegres y sus peculiares romerías que conservan su viejo sabor a través de los años. Al viajero le entusiasmará escuchar la jotilla de Los Pedroches, tocada y bailada a la antigua usanza -con la sartén y la botella de vidrio-, y podrá aspirar la honda esencia de un folclore que bebe en aguas de Extremadura y Castilla-La Mancha; en cuanto a las romerías, son muchas y variadas: la de la Virgen de Luna -en Villanueva de Córdoba y en Pozoblanco-, la Virgen de la Alcantarilla -en Belalcázar-, la Divina Pastora -en Villaralto-, la Virgen de Veredas en Torrecampo... en las que aún se mantiene un intenso fervor de autenticidad, un sabor humano y sencillo, incontaminado, que hacen de esta comarca, Los Pedroches, al norte de Córdoba, una tierra entrañable y hermosa, cargada de historia, donde el viajero descubrirá el sabor de lo antiguo, el hogareño aroma de lo auténtico.
Las características geográficas de la comarca han marcado su desarrollo económico a lo largo de la historia. Abandonadas por falta de rentabilidad, o esquilmado el subsuelo, las minas diseminadas por todo el territorio y que en el siglo XIX y principios del XX dieron a esta tierra su máximo esplendor, han dejado paso a una abundante y rica cabaña ganadera (porcino, vacuno y ovino) que está posibilitando el desarrollo de este sector así como de la industria agroalimentaria y del sector servicios.
La comarca de Los Pedroches está integrada por 17 municipios que albergan a 58.484 habitantes, según el último censo realizado en 1.996: Alcaracejos, Añora, Belalcázar, Cardeña, Conquista, Dos Torres, Fuente La Lancha, El Guijo, Hinojosa del Duque, Pedroche, Pozoblanco, Santa Eufemia, Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Duque, Villaralto y El Viso. Todos ellos integran, desde 1993 la Mancomunidad de Municipios de Los Pedroches.
http://turismolospedroches.org
SANTA EUFEMIA
Situada en el punto más septentrional de la provincia de Córdoba, en los confines de la comarca de Los Pedroches, a los pies del antiquísimo castillo de Miramontes, se alza la bella población de Santa Eufemia. Sus raíces históricas y su más reciente pasado medieval como Condado de Santa Eufemia, uno de los de mayor dominio solariego del Reino de Córdoba, han conformado no sólo la infraestructura agraria de dicha Comarca, sino que ha sido artífice directa de las tres grandes unidades jurisdiccionales, Condado de Santa Eufemia, Condado de Belalcázar y Siete Villas de los Pedroches que ha configurado en estos siglos de su andadura el contorno histórico y geográfico de nuestro Valle.
Dista 101 kms. de la capital, tiene una altitud de 561 m. sobre el nivel del mar y la superficie de su término municipal es de 189,2 kms cuadrados. Con una población de 1259 habitantes (1991), pertenece al partido judicial de Pozoblanco.
Completada la romanización de la Bética, Santa Eufemia, se convierte en enclave de cierta importancia en la zona, apareciendo como ruta natural del cinabrio extraído en las cercanas minas de Almadén. Puerta estratégica de comunicación entre el Valle de Alcudia y Los Pedroches, aparece como un fuerte asentamiento romano, convirtiéndose asimismo la población en un centro de minería de relativa importancia dentro de la región SOLIENSE, quedando como avanzadilla defensiva del municipio principal, SOLIA, de la citada región. Según algunos investigadores, por Santa Eufemia y sus alrededores, pasaron y se cruzaron varias calzadas romanas: la de "Córdoba-Sisapo-Miróbriga", la denominada "Vía Epora-Solia" y la 29 en el itinerario de Antonino en el trayecto "Emeritam / Contosolia".
RUTAS DE SENDERISMO
Dado el creciente desarrollo del turismo rural de la comarca de Los Pedroches, el Ayuntamiento de Santa Eufemia ha promovido recientemente, en colaboración con la Diputación de Córdoba, la puesta en marcha de una ruta de senderismo convenientemente señalizada, que discurre por el entorno privilegiado de esta zona.
Enmarcada en el proyecto "Paisajes con Historia", esta ruta combina los atractivos naturales con las reminiscencias del glorioso pasado histórico de la localidad. El cercano Castillo de Miramontes, que da nombre a esta Sierra, da muestra de ello y nos habla del esplendor del primer y más antiguo Señorío del Norte de la provincia de Córdoba, el Señorío de Santa Eufemia.
La Sierra de Santa Eufemia encierra numerosos atractivos naturales y paisajísticos, no en vano está catalogada como Lugar de Interés Comunitario (LIC). Ésta da asiento al Peñón del Horcón que con sus 853 m. de altitud es una de las cumbres más altas de nuestra comarca y lo convierte en una extraordinaria atalaya desde la que divisar gran parte de Los Pedroches y del vecino Valle de Alcudia.
Ruta de la Sierra de Santa Eufemia I (cara norte)
La ruta comienza a unos dos lilómetros del núcleo urbano de Santa Eufemia, entre los kilómetros 337 y 338 de la carretera nacional N-502. Se localiza en las inmediaciones de la casa de Padrenuestro, en el conocido como "paraje de Los Negrillos". El primer tramo, de unos tres kilómetros, discurre por el camino de Los Negrillos. Al principio se atraviesan algunas parcelas de olivar, aunque la mayor parte discurre entre manchas de matorral, que en algunas zonas ha sido roturado para potenciar el crecimiento de las encinas. A lo largo del recorrido disfrutaremos de hermosas vistas de la cara oriental de la Sierra de Santa Eufemia, y durante un corto trayecto, de las ruinas del Castillo de Miramontes.
Panel Ruta de la Sierra de Santa Eufemia
Llegados al cortijo conocido como "cortijo Copé" dotado de cancelas, lo atravesamos para continuar nuestra ruta. Al llegar al "paraje de Charco Hondo", cambiamos de dirección (90 grados al este) para conectar con el camino público de Santa Eufemia al Terrero, por el "paraje de las Huertas de la Sierra". Éstas se disponen a la vera del arroyo de las Tejeras -que conserva algún álamo y olmo del primitivo bosque de ribera- intercaladas con pequeñas parcelas de olivar. Los olivos quedan enmarcados por una franja de alcornoques que son sustituidos en las partes más altas por un espeso matorral rico en especies, entre las que podremos observar enebros, madroños, jaras, lentiscos, labiérnagos, romeros, cornicabras, cantuesos, mirtos, etc. La ruta finaliza en una curva de la antigua carretera N-502, entre los kilómetros 335 y 336.
Mapa Ruta de la Sierra de Santa Eufemia I
Con la señalización de esta ruta para senderistas, ciclistas o caballistas se pretende un mejor conocimiento del entorno, que a su vez sirva como base para la toma de conciencia sobre el valor del patrimonio natural, generando en consecuencia su respeto y protección. Combinado con esta finalidad lúdico-educativa, el marcaje de la ruta está colaborando en la conservación del entorno propiciando un desarrollo sostenible del turismo rural y un uso racional de los recursos naturales de nuestra comarca.
Desde el Ayuntamiento de Santa Eufemia se espera que la práctica de esta ruta sirva también como pretexto para conocer y disfrutar una localidad rica en paisajes y matices, así como de la hospitalidad de sus gentes.
BELALCAZAR
Municipio situado en la comarca de los Pedroches, al norte de la provincia, en el límite con la provincia de Badajoz. Su paisaje lo conforman tierras de cereal y dehesas de encinares. A su término acuden cada año numerosas cigüeñas a criar y a pasar el invierno.
Sobre sus orígenes hay interrogantes.
Son de cualquier forma importantes los vestigios arqueológicos que prueban la presencia romana.
Casas-Deza sostiene que en esta época fue "colonia o municipio romano" siendo ya conocida por Gaete.
En el período de dominación musulmana era ya conocida por Gafiq. Su situación en el Valle de las Bellotas (Fahs al Ballut) era clave para las comunicaciones de la zona, de ahí su importancia en la época de la reconquista.
Además de otros intentos anteriores, la reconquista definitiva la logrará Fernando III poco tiempo antes que la de Córdoba.
Pasó a ser posesión de esta ciudad en 1243 pero el Concejo de la ciudad vería perdido su dominio cuando en 1445 Juan II lo señorializa a favor de don Gutiérrez de Sotomayor, Maestre de Alcántara.
Dentro de su jurisdicción quedaban Hinojosa del Duque y Villanueva del Duque.
En 1450 se inició la construcción del castillo de la villa, que en adelante dará nombre a la misma.
Personajes destacados
Abderramán Al Gafequi.
Obaidalaben Muza Al Gafequi.
Said ben Soleiman Al Gafequi.
Soleiman Ibn Aslan Al Gafequi.
Mohamed Ibn Qassoun Ibn Aslan Al Gafequi, oftalmólogo del s. XII.
Sebastián de Belalcázar, descubridor, s. XV.
Abu Yafar Al Gafequi, farmacólogo del s. XII.
DOS TORRES
La antigüedad de la presencia del hombre en el término de Torremilano, se comprueba desde el paleolítico. Hay historiadores que la mencionan entre los lugares que Alfonso VII conquistó a los moros en 1115. Fue la primera de las villas de la comarca en emanciparse de Pedroche y el primer corregidor residió en ella, tal vez por vigilar más de cerca el condado de Santa Eufemia. A sus pobladores se les considera fundadores de los pueblos de Añora y Vilaralto.
Villa tan próxima a Torrefranca, perteneciente ésta al condado de Santa Eufemia, que sus calles llegaron a ser prolongación unas de otras. Fue el 11 de diciembre de 1839 cuando el General Espartero decretó la fusión en un solo municipio de las dos villas: Torremilano y Torrefranca, con el nombre de Dos Torres.
Dos torres es de todos los municipios de la Comarca de Los Pedroches, el que representa la auténtica arquitectura popular de la sierra. La utilización del granito y la calidad de los trabajos en hierro, están extendidos por todo el casco histórico del municipio.
La tipología general de la vivienda se ha mantenido a lo largo del tiempo, lo que le ha supuesto la declaración de Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico.
Las casas están cubiertas generalmente con bóvedas y vigas de madera, y dispuestas a lo largo de un corredor de piedra, a cuyos lados se adosan una serie de estancias, entre las que destaca la cocina con una gran campana de chimenea. Al fondo se sitúa un corral para ganado o un patio, donde se suele incluir un pequeño huerto. El piso superior se destina a granero.
AÑORA
Historia
El término Añora tiene su origen en la palabra árabe naura, que significa noria. Según los estudiosos, el término hace referencia a la noria de una huerta que había en las cercanías del lugar que, actualmente, ocupa el municipio. Y fue en torno a la huerta citada donde se fueron agrupando los habitantes primeros de la villa. En relación con la época histórica en que los primeros vecinos se aposentaron en el lugar, aun no siendo fácil documentar la fecha exacta, se cree que fue a finales del siglo XIV y comienzos del XV.
Por otro lado, existen tres distintas teorías en torno a la creación del núcleo urbano: la primera de ellas hace referencia a que Añora se formó en una época imprecisa debido a un grupo de vecinos de Torremilano y de Pedroche que abandonaron sus pueblos huyendo de una peste horrible que en ellos se había desatado; así estos vecinos buscaron un asentamiento para iniciar una nueva vida en el lugar denominado Añora, que, en un principio, dependió de la población de Torremilano.
La segunda hipótesis hace referencia a que la población de Añora se pudo formar con vecinos venidos desde Pedroche; aunque, según los expertos, esta teoría tiene muy pocos visos de realidad. Por último, existe una tercera teoría sobre el origen de Añora, que es la que ofrece más signos de verosimilitud, y hace referencia a que la población se formó en torno al año 1414 en la llamada Huerta del Crespo (ubicada en las afueras de la localidad, a la izquierda de la carretera que va de Añora a Dos Torres), y, según las mismas fuentes, estas tierras estaban sembradas con numerosas plantaciones de viñas que eran cuidadas por vecinos de Torremilano. No obstante, al final algunas de estas familias terminaron fijando su residencia definitiva en la Huerta del Crespo conformando, de ese modo, una pequeña aldea que, con el tiempo, iría creciendo con la llegada de nuevos vecinos que acudieron y se aposentaron en el citado lugar.
Queda por ello claro que los primeros habitantes de Añora procedían de la vecina Torremilano, dependiendo jurídicamente la primera localidad de la segunda hasta que a aquella le fue concedida su independencia. En cuanto a la fundación de Añora, ésta debió ocurrir en la segunda mitad del siglo XIV, coincidiendo con la aparición de nuevos núcleos urbanos en la comarca en torno a Pedroche y Torremilano, núcleos primitivos; siendo dichos núcleos llamados Pozoblanco, Torrecampo, Torrefranca y Encina Enana. Un siglo más tarde, en el año 1487, la población de Añora, junto a la de Alcaracejos, entran en pleito con la de Torremilano, de la que ambas dependían juridiscionalmente.
Las aspiraciones de independencia de estas poblaciones se hicieron realidad para Alcaracejos que obtuvo su Título de Villa en el año 1488; pero Añora aún tuvo que esperar. En el año 1492, los vecinos de Añora se dirigieron de nuevo al Consejo Real para denunciar su situación negativa en relación con el concejo de Torremilano; pero no pudieron conseguir su independencia. Una nueva ocasión se presentó en 1552, año en que el emperador Carlos V y su madre doña Juana otorgaron una carta poder a favor del príncipe don Felipe, hijo del emperador. En dicha carta le autorizaba al príncipe a dar el título de villa a aquellos lugares que estuvieran sujetos a otras jurisdicciones, a cambio de que ofreciesen una determinada cantidad.
Así, acogiéndose a esta carta-poder, un representante de Añora expuso en nombre del concejo los perjuicios y molestias que les ocasionaba la dependencia juridiccional de la villa de Torremilano, siendo aceptadas las razones por parte de la Corona que el día 27 de mayo de 1553 concedió el Título de Villa a la localidad, y se le hacía con el reconocimiento de todas las prerrogativas que suponía dicho título, mediante el pago de 300.000 maravedíes que se entregaron al tesorero real dos días después.
Una vez conseguido su título de Villa, Añora pasó a formar parte de las Siete Villas de los Pedroches. El primer recuento de habitantes efectuado en Añora, en el año 1553, da un número de 160; unos años después, en 1571, el número casi se duplicaba, llegando a tener la villa 300 habitantes. Añora también formó parte de las Siete Villas, territorio comarcal como tierra de realengo dependiente de la jurisdicción de Córdoba, hasta que hubo un reparto de las tierras comunales a mediados del siglo XIX. Otro dato importante de esta localidad fue que en el año 1660, el rey Felipe IV tuvo a bien señorializar la población en beneficio de los marqueses del Carpio, situación que se prolongará hasta el año 1747. Dos siglos más tarde, a mediados del XIX, la población de Añora es de algo más de 1000 habitantes, en la época del reinado de Isabel II, y, según los escritos, la población mantenía una fiel lealtad hacia la corona. Referente a lo anteriormente expuesto, un dato curioso es que, según algunos documentos, en el año 1835 se produjeron en algunos de los pueblos de los Pedroches, entre ellos Torremilano, enfrentamientos entre carlistas e isabelinos sin que participase en los mismos ningún vecino de Añora.
Ya entrado el siglo XX, el primer alcalde de Añora de esta centuria, fue Eugenio José Rodríguez Gutiérrez, elegido el día 1 de julio de 1899 por los votos de ocho de los nueve concejales elegidos en los comicios municipales del 14 de mayo de ese año; unos años más tarde, en 1910, la población de Añora alcanzaba ya los 2410 habitantes de hecho. Lo más destacable de este primer tercio del siglo XX son las pésimas condiciones laborales y los problemas de subsistencia de muchos noriegos: pobreza e incultura eran un denominador común en esos años. Todo esto se veía agravado por acontecimientos tanto internacionales (I Guerra Mundial, 1.914-1.918) como nacionales (Guerra con Marruecos, 1.920 en adelante), así como situaciones anómalas para la agricultura como son sequías, años muy lluviosos y constantes plagas. Esto hace que con frecuencia el Ayuntamiento actúe como si de una obra benéfica se tratase, dando trabajo a muchos noriegos en proyectos urbanísticos y de infraestructuras, que vendrán a configurar de forma general la actual disposición urbanística. Creación, ensanche y alineación de muchas calles, obras en el edificio consistorial (1.906), remodelación del entorno de la Ermita de la Virgen de la Peña, y sin lugar a dudas la obra de este siglo: la construcción del cementerio municipal de Nuestra Señora del Carmen (finalizado en agosto de 1.908), en lugar del Cementerio Viejo junto a la Iglesia Parroquial, dan buen ejemplo de esta actividad.
Todos estos problemas básicos también se verían acrecentados por el crecimiento demográfico experimentado en estos años, se pasa de 2.410 habitantes de 1.910 a los 3.074 del año 1.923. Eran años difíciles, no ausentes de conflictividad, en los que festejos que hoy realizamos con toda naturalidad como son la Feria de agosto se suspendían en pos del beneficio social y colectivo. Eran las postrimerías de la Guerra Civil española.
Fuente: Historia de Añora, Antonio Merino Madrid
El Archivo Histórico Municipal de Añora se encuentra situado en las dependencias del Ayuntamiento de Añora situado en la Calle Plaza de la Iglesia número 1. La documentación que aquí se haya forma parte fundamental para el estudio de la historia local.
Las personas que estén interesadas en consultar el Archivo Histórico Municipal de Añora podrán hacerlo en horario de oficina, previa solicitud a este Ayuntamiento. Así mismo deberán atenerse a las condiciones de uso impuestas por este Ayuntamiento.
Paseo por Añora
En pleno corazón de Los Pedroches, entre Alcaracejos, Pozoblanco y Dos Torres nos encontramos con un pueblo con encanto, Añora. Para empezar nuestro recorrido entramos en Añora por la calle Iglesia. Al principio nos encontramos con una bocacalle a la derecha cuyo nombre es Camino de la Huerta del Crespo, avanzamos por él y nos lleva a una huerta con pozo y noria, núcleo originario de esta población. La historia nos cuenta que fue el primer asentamiento con vecinos de Torremilano que se agruparon en torno a ese pozo para cuidar de cerca sus cultivos de vid. Este asentamiento daría lugar a la actual Añora, término procedente del árabe naura (noria). Sobre el origen de esta población, otra teoría nos cuenta que Añora se formó en una época imprecisa en la que los vecinos de Torremilano y Pedroche abandonaron sus villas huyendo de la peste y se asentaron en diversos lugares como éste que, con el tiempo, se constituyeron en poblaciones dependientes de aquellas. Hay una tercera versión que dice que, a finales del S. XII, vecinos de Pedroche se alejaban del pueblo para cuidar sus ganados y labores agrícolas construyendo caseríos y edificaciones que con el tiempo se convertirían en poblaciones dependientes de Pedroche.
Seguimos nuestro recorrido por la calle Iglesia y encontramos uno de los elementos esenciales y característicos de esta población: las casas típicas de tiras, es decir, casas con fachadas de sillares de granito enmarcados por tiras blancas que las mujeres noriegas, con un cuidado especial, se encargan de que estén bien encaladas. La calle, de adoquines de granito perfectamente ensamblados, muestra otras casas encaladas que conservan sus grandes dinteles de granito en puertas y ventanas.
EL VISO
El Viso de Los Pedroches es una villa situada al norte de la provincia de Córdoba, en la Comarca de Los Pedroches. Dista 85 kilómetros de la Capital, en los cuales no se aburrirá Vd. porque su trazado es entretenido y su paisaje de una belleza singular. Al efecto le sugerimos que unos 25 kilómetros antes de llegar, merece la pena una parada en el " Puerto del Calatraveño " donde, además de disfrutar del paisaje podrá apreciar de cerca una estatua del más afamado artista local: Aurelio Teno.
El Viso tiene una altitud de 575 metros sobre el nivel del mar. El Término Municipal abarca una extensión de 252,6 kilómetros cuadrados, limitando con las provincias de Badajoz y Ciudad Real, y sus habitantes ascienden actualmente a 2.990. Pertenece el Partido Judicial de Pozoblanco (Córdoba).
Gastronomia
La cocina de El Viso, al igual que la de Los Pedroches tiene una indiscutible personalidad, es natural y sencilla, basada en la riqueza de los productos propios. Cuenta con una completa gama de platos que hacen las delicias del amante de la buena mesa.
En la tradicional comida serrana hallamos platos tan sabrosos como las migas, el cochifrito, la caldereta de cordero, el relleno, las hojuelas, las perrunas, los roscos, los buñuelos y el tradicional hornazo, que constituyen las recetas más típicas de la cocina popular viseña.
En esta zona el cerdo es la base de la despensa, destaca el chorizo que es fuerte de color, suave al gusto y aromático. Otros productos típicos de la matanza son los salchichones, el lomo de orza, la morcilla, las paletas y los jamones.
Nada mejor para los amantes de la carne que degustar exquisitos platos cuya base es el lechón o el cordero que, criados en los pastos de la dehesa, proporcionan unas carnes de excelente calidad.
VILLARALTO
Villaralto es un municipio español de la provincia de Córdoba, Andalucía. En el año 2005 contaba con 1.385 habitantes. Su extensión superficial es de 23 km² y tiene una densidad de 60,2 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 38º 27' N, 4º 59' O. Se encuentra situada a una altitud de 585 metros y a 80 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba.
Está comprendido dentro del conjunto de pueblos que componen la comarca de Los Pedroches, situado en el corazón geográfico de la misma.
Villaralto cuenta con un término municipal con una extensión de 23 km2, limitando con los términos de El Viso, Hinojosa del Duque, Alcaracejos, Dos Torres y Villanueva del Duque. Su edificio más emblemático es la parroquia de San Pedro Apóstol, con tres naves y torre del siglo XVIII. La fiesta más conocida es la romería de la Divina Pastora que se celebra a orillas del Guadamatilla el primer domingo de Mayo. La economía está basada en la ganadería, la agricultura, algunas industrias y establecimientos varios.
Historia:
Con respecto a la Historia Antigua, ya que en el término municipal se asentaron varios poblados prehistóricos, romanos, árabes y visigodos. Entre los yacimientos arqueológicos destacan el Rincón de Berrocoso, situado en el noroeste del término, en donde se hallan los restos de lo que se supone fue un campamento romano o una calzada secundaria romana. En este lugar han aparecido abundantes losas de pizarra, escorias minerales, restos de vasijas y una moneda árabe de plata. El Ladrillar es una mina antigua de plomo, debido al hallazgo de escorias minerales de dicho metal. En la Laguna del Prieto han aparecido tres ruedas de molino de radio en torno a 25 centímetros y que en la actualidad se conservan en el Ayuntamiento. En Cerrocampo han aparecido escorias minerales y restos de vasijas, de un poblado antiguo asociado a una explotación de cobre o plomo. Sin embargo, el lugar más destacado es la llamada Casa de la Mora, situada al sureste del pueblo, en la que existió una villa romana, más tarde ocupada por los árabes, asociada a explotaciones mineras. En este lugar los hallazgos han sido abundantes, teniéndose noticia de la aparición de vasijas llenas de monedas de plata y gran cantidad de monedas romanas de cobre. Actualmente, hay gran cantidad de fragmentos de cerámica, tejas romanas, escorias minerales, etcétera. Incluso hay restos de una pared de cal y pedernal que debió pertenecer a una construcción árabe. Este lugar fue objeto de una visita oficial de arqueólogos el dos de marzo de 1985. También existen en Villaralto gran cantidad de sarcófagos visigodos de granito, con forma trapezoidal o antropomorfos, que han sido sacados de su emplazamiento original y han sido usados como pilas para dar de beber al ganado. Por tanto la mayoría de ellos se hallan próximos a pozos, como los tres sarcófagos del Pozo de las Cadenas, el Pozo de las Cinco Pilas, el Pozo de la Laguna de la Torrica, y así hasta un total de unos 20, que en general están desgastados. También existen sarcófagos infantiles, de los que se conserva uno que también recibe el mismo uso. Muchos de ellos han ido desapareciendo fruto del expolio y del desinterés de conservarlos en las diversas reformas que han ido sufriendo sus emplazamientos.
Sin embargo, la historia de Villaralto como población en el lugar en el que se asienta actualmente es mucho más posterior. El primer documento que se refiere a la villa de Villaralto es del año 1424 (contando entonces con unos 3000 vecinos) en la que Juan Ruiz de Santofimia vino con afán de incorporarlo al Señorío de Santa Eufemia, acto que no tuvo éxito. Villaralto surge en el siglo XV como una aldea dependiente de Torremilano (actual Dos Torres), perteneciente a las Siete Villas de Los Pedroches entidad que agrupaba además a Pozoblanco, Añora, Alcaracejos, Villanueva de Córdoba, Pedroche y Torrecampo, entidad bajo jurisdicción real en la que el término de todas ellas era compartido y gobernado de forma comunal hasta la partición del término en el siglo XIX. En Villaralto se instalan vecinos procedentes de dicha localidad para atender de cerca pagos de viñas y ganados. Esta situación de Villaralto dependiente de Torremilano se mantuvo hasta 1633. El 28 de julio de 1633, es vendida por el rey Felipe IV a don Melchor Fernández Carreras, arcediano de los Pedroches y canónigo de la Catedral de Córdoba (el cual tuvo que conseguir previamente un certificado de limpieza de sangre). El precio asignado fue 1632000 maravedíes de plata. El día 17 de septiembre de 1633 se realiza el primer censo de habitantes de Villaralto de cara a la señalación del término municipal que comenzó a partir de este momento, dando lugar a un grave y largo contencioso con Torremilano, contrario a la independencia de Villaralto y muy reacio a ceder término a esta nueva villa. A pesar de todos los impedimentos, Melchor Fernández Carreras toma posesión de la Villa el 15 de septiembre del mismo año, constituyendo así una nueva entidad administrativa, el Señorío de Villaralto, que se mantendrá hasta la abolición de los señoríos jurisdiccionales en 1837. Torremilano dirige una carta a los Reyes de España alegando que no ha lugar de independizar Villaralto de Torremilano, y mucho menos de asignarle término de las Siete Villas ya que según ésta, el término asignado entraba dentro de la dehesa de Peña Alta (tierras comunales de las Siete Villas). El 20 de diciembre de 1638, los jueces fallan a favor de Villaralto en cuyas cartas se reconocía la independencia de Villaralto y se le asigna término propio de forma definitiva así como instar al señor de Villaralto al pago de la venta de dicha población. En 1771, el pueblo de Villaralto recibe cartas de Hacienda en las que le instan al pago de los impuestos que le corresponden como villa independiente por vez primera que ascienden a 1770 maravedíes. A pesar del enfrentamiento con Torremilano, ambos pueblo mantuvieron comunicación, como atestiguan diversos documentos de temática diversa: multas, impuestos, comunicados, etc. Incluso Villaralto, en el reparto de los bienes producidos por las tierras comunales de las Siete Villas, recibía parte de ellos, aún no siendo villa comunera. Esto irrita a Torremilano que continuamente denuncia a Villaralto por usar los Bienes de Propios de Las Sietes Villas (extensas dehesas como Navas del Emperador o la dehesa de la Jara) para explotación ganadera y, sobre todo, por los límites del término municipal de Villaralto, con los que Torremilano no estaba conforme. Estas disputas continúan durante todo el siglo XVIII. Con respecto a la cuestión económica, en 1752 Villaralto contaba con 5 telares y dos fábricas, una de bayetas y otra de paños. En 1812, esta población cuenta con 179 cabezas de ganado vacuno, 156 de cerda, 555 de caprino y 148 mulos entre otros. Tiene 259 fanegas de primera calidad para los cultivos, de segunda 631 y cuenta con 186 casas. Existen numerosas lagunas debido a la destrucción de las fuentes para conocer la historia de esta villa en la Guerra Civil española. La información referente al franquismo y la democracia sí se conserva. En las elecciones de 1979, 1983 y 1987 vence el PSOE, quedando como alcalde Juan Jesús Gómez Moreno y desde 1995 IU, con Manuel Gómez Gómez al frente de la alcaldía hasta la actualidad. Parroquia de San Pedro: Data de la época fundacional (siglo XV) de la que se conserva la fachada exterior, con arcos decorados hechos de granito. Las múltiples reformas aumentaron la superficie ocupada por el templo, pasando de una nave a tres, siendo las dos laterales más pequeñas a modo de capillas cubiertas con cúpulas una de ellas. Como patrimonio pictórico y escultórico cabe destacar la talla de olivo policromada de la Divina Pastora, del siglo XVIII, un cuadro de Sebastián de Llanos Valdés del siglo XVII de estilo barroco, que representa a san Pablo ermitaño, la imagen de la Patrona, la Virgen del Buen Suceso, que sustituye a otra talla antigua destruida durante la Guerra Civil y el retablo barroco en el que se encuentra esta imagen. Este retablo procede de la iglesia cordobesa de San Basilio, ya que tras la Guerra Civil el archivo, las imágenes, los objetos de culto e incluso las campanas fueron destruidos o expoliados por lo que fue preciso traer objetos de otros lugares. Sin embargo, la torre parroquial es un elemento destacado de la iglesia, constituyendo uno de los símbolos de Villaralto. Con una altura de aproximadamente 17 metros, consta de un fuste prismático de granito, cuerpo de campanas con cuatro arcos de medio punto, aunque solo dos las llevan. Sobre este se sitúan un remate octogonal (que contiene el reloj) rodeado de cuatro adornos de granito con forma curva rematados en punta. La torre concluye con un remate cónico. Data de mediados del siglo XVIII, aunque fue restaurada en 1992, cuyos trabajos consistieron en la eliminación de arreglos de ladrillo y restitución del granito original, sustitución del reloj, consolidación de la estructura, refundición de las campanas y su electrificación, limpieza del exterior y el interior y reposición de ornamentos. Los otros edificios religiosos de Villaralto son la ermita de santa Rita, de planta cuadrada y construida en 1900 y la ermita del Cristo de las Angustias de estructura similar.
Tradiciones y fiestas:
Las tradiciones en Villaralto se muestran en todas las épocas del año. En Semana Santa tiene lugar diversas procesiones, como la de las hermandades del Sepulcro, de las Angustias y de la “Borriquita”. Sin embargo, la fiesta más característica de este pueblo es la Romería de la Divina Pastora, que se celebra el primer domingo de Mayo a orillas del río Guadamatilla. La Virgen va acompañada a este paraje con originales carrozas hechas de diversos materiales y muy originales. Las mujeres van ataviadas con el traje típico de pastora. Otras tradiciones son la matanza y los “judas” que se celebran el Domingo de Resurrección en la que los jóvenes destruyen monigotes que representan a Judas Iscariote fabricados por los vecinos, quienes los cuelgan de sus balcones. Las casas típicas de Villaralto se caracterizan por prevalecer la funcionalidad a la estética, con dinteles de granito y cuadras y cochiqueras para guardar los animales. Un ejemplo magníficamente conservado es el Museo del Pastor, abierto hace unos años y en el que se muestran los modos de vida de los pastores en sus diversas salas que responden a la estructura de la casa típica villaraltera.
EL GUIJO
reino de la tranquilidad
Información de El Guijo en la Diputación de Córdoba
Población:416 habitantes.Gentilicio:Guijeños.
Piedra pequeña, erosionada por el tiempo desde su amanecer en Majadaiglesia, donde importantes vestigios arqueológicos nos descubren un poblamiento en este cerro desde el primer milenio A.C.
Su pequeña placita alberga la sencilla parroquia de Santa Ana y en sus alrededores la Ermita de la Virgen de las Cruces, donde se conserva un baptisterio paleocristiano que delata el origen sagrado de este lugar desde la antigüedad, junto al Paraje del Soto, poblado de eucaliptos y olmos.
Un paseo por El Guijo nos transporta a una isla de sosiego y tranquilidad, de sencillez y simpatía de sus gentes, hospitalarias siempre, pero sobre todo en las fiestas de la Virgen de las Cruces, de San Pedro y Santa Ana, y a compartir el relleno y la rosca de piñonate.
Del esplendor romano de estas tierras dan buena prueba los restos aparecidos en la zona de Majadaiglesia, un área de fuerte tradición mariana como demuestran documentos castellanos del siglo XII que hacen referencia a este espacio bajo la denominación de Villa de Santa María.
Toda el área geográfica de El Guijo pasaría a depender ,tras la reconquista cristiana, del Señorío de Santa Eufemia, adquiriendo gran importancia como puerta de entrada a Córdoba para gran número de pastores y rebaños transhumantes, a través de la Cañada Real Soriana y de la Mesta que se bifurcan en el pueblo, una hacia Extremadura y otra el interior de Andalucía.
Ermita de la Virgen de las Cruces
Se haya situada junto al más importante yacimiento arqueológico de toda la comarca, en un enclave que ha sido lugar de culto desde el pasado más remoto. La ermita está dividida en tres tramos por arcos perpiaños que arrancan de pilares contrarrestados exteriormente. La cabecera del templo es un añadido posterior y aparece cubierta por una bóveda rebajada asentada sobre pechinas. La portada principal está muy remarcada por la existencia de un pórtico sobre columnas.
En su interior también destaca la existencia de un baptisterio paleocristiano por inmersión, que se encuentra situado en la sacristía de la ermita y que viene a poner de manifiesto la antigüedad de la dedicación religiosa de este espacio situado junto al paraje El Soto.
Parroquia de Santa Ana
Edificada en el siglo XVI, la iglesia fue construida con gran sencillez, hecho que confirma su interior dispuesto en torno a única nave dividida en cinco tramos por arcos fajones apuntados, siguiendo un esquema que, por repetido en el ámbito de Los Pedroches, no deja de ser sumamente atractivo.
En su fachada destacan una serie de voluminosos contrafuertes que enmarcan y delimitan la portada más vistosa del templo diseñada por Hernán Ruiz II, que remarcó el aire elegante de este acceso con unos adornos esculpidos en el arco de medio punto que da entrada al templo.
HINOJOSA DEL DUQUE
Patria de la "Fermosa Vaquera" que cantara el Marqués de Santillana. Hinojosa del Duque es un pueblo de grandeza, en su historia y monumentalidad como así lo deja patente la Iglesia de San Juan Bautista "Catedral de la Sierra", uno de los conjuntos histórico-artísticos más importantes de provincia, y en las incontables ermitas que se extienden por el pueblo y por sus alrededores y que son escenario de veneración y regocijo popular cuando llega la primavera, destacando entre todas la Romería de la Virgen de la Antigua, la patrona.
Es en este pueblo donde la gastronomía cobra un protagonismo especial, unida siempre a las fiestas religiosas y civiles: relleno, sopa dorada, ajoblanco, lechón fritos... y entre la dulcería, de gran proyección comercial, las perrunas. Gran tradición artesanal constituyen la forja y la alfarería aunque ya en menor medida que antaño.
Esta localidad ofrece uno de los conjuntos monumentales más notables del norte de la provincia de Córdoba. Vinculada a la casa condal de Belalcázar desde 1.444, se convirtió en el municipio más importante del citado señorío gracias a las virtudes de sus tierras que desde tiempo inmemorial han sido aprovechadas mediante cultivos de cereal, permitiendo al mismo tiempo una amplia dedicación ganadera.
Esta singularidad histórica está muy presente en el carácter de sus gentes y en las formas constructivas de sus edificios más emblemáticos. Como ocurre con el Convento de la Purísima Concepción con dos portadas de estilo clásico construidas en el siglo XVI, o la Fuente del Pilar, durante siglos parada obligada para los pastores trashumantes y centro de las ferias de ganado.
Dentro del casco urbano también hay que mencionar otras construcciones como las ermitas de Santa Ana (Monumento Histórico Artístico), San Isidro, San Gregorio, o las parroquias de San Sebastián y San Isidro Labrador. Muy cerca del casco urbano, la ermita del Cristo de las Injurias ofrece vistas panorámicas de Hinojosa y la vecina Belalcázar. Mientras que por el contrario, las ermitas situadas en el medio rural denotan mayor antigüedad, como ocurre con la de la Virgen de la Antigua o San Benito, que aparecen mencionadas en el libro de monterías de Alfonso XI. Una situación que vuelve a repetirse en las de San Bartolomé y Santo Domingo.
Catedral de la Sierra
Esta es la denominación popular de la parroquia de San Juan Bautista debido a la magnitud y maestría arquitectónica de este templo, donde el granito se hace palabra. La iglesia, de planta basilical, consta de tres naves separadas por pilares de tradición románica. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de crucería, mientras que la central lo está por un artesonado de par y nudillo con tirantas.
La capilla mayor, diseñada por Hernán Ruiz I, aparece cubierta por una bóveda estrellada que alberga en sus plementos una serie de pinturas barrocas.
En el interior destaca la capilla del baptisterio, diseñada por Hernán Ruiz II, que aparece cubierta por una bóveda vaída de granito con molduras que forman círculos y óvalos.
En el exterior, junto a la esbelta torre, hay que reflejar la grandiosidad de la fachada renacentista que se abre a la plaza, que muestra las dos líneas fundamentales de la arquitectura del siglo XVI, el plateresco y el clasicismo, gracias a la maestría de los Hernán Ruiz.
Otros detalles de interés los aportan el juego de ventanas plateresco de la sacristía, donde aparecen esculpidos los escudos de los Zúñiga y los Sotomayor, la ventana de la capilla del baptisterio, y la portada de los píes de estilo gótico-mudéjar.
Ermita de San Sebastián
Esta ermita supone el ejemplo más nítido de las ermitas serranas del norte de Córdoba. Su estructura está formada por grandes arcos fajones y cubierta de madera a dos aguas. Sus dimensiones más de 23 metros de largo y 10 de anchura, demuestran las magnitudes de este templo.
CONQUISTA
Defensor de salteadores cuando fue parada en el camino de la Plata, en Conquista se reconoce el silencio, la tranquilidad en un entorno de callecitas limpias y blancas, de fuerte granito en sus dinteles, para salir después en busca de espesas y frondosas dehesas de encinar en sus alrededores donde pastan rebaños de reses y cerdos.
Un interesante retablo barroco se alberga en la parroquia de Santa Ana, titular de sus fiestas patronales, entrañables, donde son típicos los encierros y la lidia de novillos; muy peculiar es la talla de las tablillas, hecha con una simple navaja con la que los pastores adornan los cierres de los zurrones de cuero, y los morteros de madera con los que se hace el gazpacho.
Conquista tuvo su origen en los siglos bajomedievales en torno a unas ventas destinadas a asistir y prestar protección a los viajeros que transitaban por el camino de La Plata. El nacimiento de esta población quedó reflejado en la novela "Vida del escudero Marcos de Obregón", de Vicente Espinel: "llegamos a Conquista, que es pueblo que se comenzaba entonces".
Poco poblada desde la antigüedad, Conquista alcanzaría su esplendor a finales del siglo XIX y en las primeras décadas del XX, debido a las explotaciones mineras y a la llegada del ferrocarril. Este nacimiento en torno al Camino de La Plata de Córdoba a Toledo ha dispuesto un poblamiento en torno a una calle camino sobre el que se asientan unas casas de dinteles graníticos y estancias abovedadas. Muy próximo al pueblo, en el parque de Navagrande y rodeada de un extenso y poblado encinar, se encuentra la ermita de San Gregorio, una moderna construcción que cobija la imagen del patrón de esta localidad.
Parroquia de Santa Ana
Está construida sobre una antigua edificación del siglo XVI, que había recogido las tradiciones existentes en la zona con respecto a esta advocación, y que recibió la visita de importantes personajes como Santa Teresa de Jesús.
La Iglesia actual tiene tres naves separadas por pilares con arcos de medio punto. Cuenta en su interior con un interesantes retablo de madera tallada y dorada procedente de la iglesia cordobesa de San Basilio, que presenta una clara disposición barroca en cuanto a cuerpos, calles y coronamiento.
CARDEÑA
Historia
Los primeros vestigios representativos de la presencia humana en la zona se sitúan en la Edad de los Metales, por los numerosos yacimientos que pueden datarse en ese período, iniciándose la ocupación durante el período Calcolítico o del Cobre y prolongándose durante la Edad del Bronce. Precisamente a estos momentos prehistóricos pertenecen hallazgos de arquitectura megalítica encontrados en parajes como la Venta del Charco, Navalazarza, Torrubia y Casa de Juan Sánchez. También cabe mencionar la exhumación de hachas metálicas en Torrubia y el Castillo de Azuel.
Estos primeros momentos de la Historia, al igual que la ocupación romana parece confirmarse que estuvieron ligados a los recursos mineros del término, sin que quepa una firme constatación arqueológica de la presencia de asentamientos urbanos de cierta envergadura.
Iniciada la Edad Media, es muy probable que el área del actual término comenzara a adquirir relevancia por su ideal situación en el eje de comunicación entre Córdoba y Toledo. Durante la presencia islámica el actual municipio perteneció a la cora o provincia de Fahs al Ballut (Campo de las Encinas), llegando a representar un medio políticamente muy dinámico por su valor estratégico en el siglo XI. Un buen ejemplo de esa importancia estratégica la encontramos en la posible batalla que se libró en la actual aldea de Azuel, en la que las tropas cristianas derrotaron a las huestes musulmanas de Córdoba y dieron muerte al que fuera alcaide cordobés Aben-Zuel. Tal fue el valor estratégico del paso natural por Sierra Morena que el viejo camino serrano conoció la construcción de numerosas fortalezas y atalayas para su defensa. Algunas de las fortalezas y torres se situaron en lugares como Torreparda, Inhiesta, Azuel, Navalconejuelo, Atalaya, Torrejón... Por desgracia estas fortalezas han sucumbido al paso de los siglos, al abandono y a los conflictos militares de la historia. Conserva aún cierta relevancia la denominada Atalaya de Cardeña, construcción militar que se levanta entre encinas y que formaba parte de un rosario de fortificaciones destinadas al control de las principales vías de comunicación que atravesaban la serranía junto a las fortificaciones de Fuencaliente (Ciudad Real), Villanueva de Córdoba, Marmolejo (Jaén), Montoro (Córdoba), Adamuz (Córdoba), Villa del Río (Córdoba), Andújar (Jaén), etc.
Tras la reconquista de estas por Fernando III “El Santo” y a lo largo de toda la Baja Edad Media se mantuvo el uso del viejo camino a Toledo, aunque presentaba un generalizado despoblamiento que favorecía el pillaje y la inseguridad de los viajeros. Con el propósito de reducir o eliminar esa inseguridad, sería Enrique III quien en 1394 concedió a la ciudad de Córdoba un total de doce ventas francas en los caminos que iban a Almodóvar del Campo y a la actual Ciudad Real por Adamuz y El Villar. El tramo de Adamuz, que corresponde a lo que posteriormente se conocería como Camino Real o Camino de la Plata, discurría por el límite occidental del actual término de Cardeña.
Para encontrar el nacimiento de Cardeña también tendríamos que remontarnos a los antiguos caminos y ventas y, en concreto, al que discurría desde Montoro a Fuencaliente, ya utilizado en la época musulmana y entorno al cual se situaban seis ventas: La Chaparrera, Venta del Charco, Venta de San Antonio, Venta del Cerezo, Cardeña y Azuel.
Es, con la exención de cualquier tipo de tributo a aquellos abnegados venteros y alrededor de estas ventas, el lugar en el que se aglutinan los colonos que desde el siglo XVIII comenzaron a roturar el terreno, donde se conformarán los actuales núcleos de población. Precisamente, a mediados del XVIII en Catastro de Ensenada podemos hallar la descripción de tres ventas: las del Charco, Cardeña y Azuel, todas ellas formadas por una venta-posada y algunas viviendas con techos de retama y modesta fábrica.
MONTORO
Fenicios, griegos y cartaginenses visitaron la antigua Epora, pero son los romanos los que le dan mayor esplendor. Llegan a finales del siglo III a. de C. de una forma amistosa, pues la población se había mantenido al margen o como aliada de Roma en el litigio romano-cartaginés. Pocos años después Roma otorga a Montoro la condición de " civitas foederata " y en los primeros años del cristianismo la de municipio. Con la invasión de los pueblos germanos la Epora Romana pierde su esplendor, pero se mantiene independiente hasta la llegada de los árabes. Unos cinco siglos dura la dominación árabe. El día de San Bartolomé del año 1240, el rey Fernando III El Santo conquista Montoro.
Desde 1245 pertenece a la corona de Castilla bajo la jurisdicción de Córdoba. En 1658 pasa al Marquesado de El Carpio. Cuatro años después Felipe IV erige la villa en Ducado. En 1808 es declarada por Fernando VII " Ciudad Noble, Leal y Patriótica ".
Etapa Prerromana
El inicio de la prehistoria de Montoro se remonta a hace unos 50.000 años en el Musteriense, en pleno Paleolítico Medio, cuando el hombre coetáneo del llamado Neanderthal vivía en esta zona. Sin embargo, hay quien opina que hace unos 100.000 años el Homo Erectus ya caminaba por alguno de los parajes de la sierra montoreña.
En el quinto milenio antes de Cristo la presencia humana era más o menos sedentaria, según las hachas encontradas en el Palomarejo.
Al final del cuarto milenio antes de Cristo, las cistas encontradas en la Loma de la Higuera y los martillos mineros encontrados, atestiguan el paso del hombre por la zona.
Entre 1.100 al 950 a. de C. los fragmentos de cerámica y los restos de carbón y trigo carbonizados encontrados en el Llanete de los Moros testimonian el comienzo de la protohistoria de Montoro a partir del Bronce final con la presencia de población estable.
Durante los siglos VIII-VII a. de C. los hallazgos de cerámica bruñida, hecha a mano, en forma de cuencos o platos de cierto brillo metálico en el Llanete de los Moros y en el Palomarejo atestiguan la existencia de un pequeño núcleo protourbano estable con características parecidas a los de Ategua, Carmona,.. Este poblado del Bronce Final de viviendas de planta circular o elíptica, construidas con cantos rodados unidos con barro se prolongó hasta la Romanización.
En los siglos VII- VI a. de C. los fenicios imponen su cerámica fabricada a torno y pintadas con barniz rojo. De este periodo se encontró en el Llanete de los Moros un fragmento de peine marfil con una sola hilera de púas. El establecimiento humano en Montoro se mantuvo en la época inmediatamente posterior a la caída de los Tartessos. En el Llanete de los Moros se encontraron cinco fragmentos de recipientes fabricados según la técnica de núcleo de arena.
En el s. III es previsible que la influencia púnica se dejara notar en el Montoro prerromano.
Etapa Romana
Epora durante el litigio romano-cartaginés debió permanecer al margen o como aliada de Roma. Epora debió llegar a un pacto con Roma y no fue sometida por la fuerza. Una vez conquistada por los romanos, la población se extiende por lo que después quedaría dentro de la muralla romana.
El hecho de que los eporenses apoyaran a Escipión contra los cartaginenses favoreció las relaciones entre los dos pueblos y Epora firmó un " foedus " o tratado hacia el año 206 a. de C. adquiriendo la categoría de " civitas foederata ". El que a finales de la República sólo existieran tres ciudades confederadas en la Bética ( Gades, Malaca y Epora ), pone de relieve la importancia de tal rango.
Estas ciudades fueron perdiendo su autonomía y se transformaron en municipio. La transformación administrativa de Epora se consiguió en los primeros años del cristianismo, siendole otorgada por Augusto como recompensa a su fidelidad a César, su padre adoptivo, en disputa con Pompeyo.
En cuanto a las comunicaciones baste decir que Epora era la primera mansión de la " Vía Augusta " de Corduba a Castulo que tenía un tramo por la sierra y otro por la campiña. Las mansiones eran una especie de casa de posta que contaban con caballos y carros de refresco.
En la época de decadencia del Imperio, Epora se convierte al cristianismo a principios del s. IV.
Etapa Visigoda
Con la invasión de los pueblos germanos, la Epora romana pierde su esplendor pero se mantiene independiente hasta finales del s. VI.
Es ésta una época oscura para la historia de Montoro, y las huellas más importantes dejadas en ella por los visigodos son las inscripciones.
Etapa en la Edad Media
Durante cinco siglos de dominación árabe, Kantara-Estesan o Hins Muntur, posibles nombres de Montoro, estuvo sujeta a diversos escarceos bélicos entre fieles y cristianos. Tras su llegada en el 712, los musulmanes se fortifican, reconstruyen los Castillos de la Mota y de Julia , y agrandan sus murallas hasta el río.
En un principio la tolerancia religiosa y la no confiscación de las tierras de los cristianos que no habían huido, hubo convivencia entre los dos pueblos. Sin embargo, la historia medieval montoreña no es conocida hasta la conquista cristiana en el s. XII. El 24 de agosto de 1240 , día de San Bartolomé , el Rey Fernando III el Santo conquista definitivamente la ciudad. Desde 1245 pertenece a la Corona de Castilla bajo la jurisdicción de Córdoba.
Montoro en la Edad Moderna
En 1633 dos comisionados montoreños piden a Felipe IV los libere de la tutela cordobesa. Se pacta la eximisión, previo pago de treinta millones de maravedís. Veinticinco años después, la villa pasa a la jurisdicción del marqués de El Carpio.
El 10 de Enero de 1660 los capitulares montoreños traicionan a la población firmando la cesión de renuncia de jurisdicción en favor del citado marqués. En 1662 Felipe IV erige la villa en ducado. En el 68 al casarse Catalina de Haro, Marquesa de El Carpio y Duquesa de Montoro, con el Duque de Alba convergen los tres títulos en una misma familia.
El status jurídico de la villa sería claramente señorial, pero al no vender el Rey a los de Haro nada más que algunas tierras del término, presenta cuando menos confusión: en 1731 Catalina Mendez de Haro, nieta del primer Duque de Montoro, reclama la posesión efectiva del término. El pueblo no cede a sus pretensiones y solicita al rey su protección. Se inicia un largo litigio entre villa y señorío que durará algo más de un siglo y que acabará sólo cuando sean abolidos los derechos señoriales.
Edad Contemporanea
En la lucha contra los franceses, Montoro juega un papel muy importante; por ello, el rey Fernando VII reconoce el patriotismo de los montoreños concediéndole el título de " Noble, Leal y Patriótica " el 8-8-1808, facultando al Ayuntamiento al uso de Maceros para dar solemnidad a los actos oficiales y otorgándole el trato de Señoría a todos los ediles de la Corporación.
Ya en 1969, se la declara por su riqueza artística y su típica arquitectura popular, Conjunto Histórico Artístico, estando considerada en la actualidad como la ciudad más pintoresca de la provincia de Córdoba.
Calidad natural
En el plano gastronómico se recomienda degustar platos típicos como los faisanes ( variedad de seta ), el ajo sopeao, las papas en coña, las vinagreras, la carne de monte, todo ello cocinado con el rico aceite de oliva de la Sierra Montoreña, que en breve se convertirá en la nueva Denominación de Origen de Aceite de Oliva, bajo el nombre de Montoro-Adamuz.
La gastronomía de esta ciudad va íntimamente ligada a su riqueza cinegética, pues en sus cotos se encuentran en abundancia especies como el jabalí, el ciervo, el conejo o la perdiz. Merece destacarse también sus exquisitos dulces, entre los que destacan los Mazapanes de Montoro La Logroñesa y la miel de la Sierra, ésta ultima comercializada por la Empresa Apícola de Montoro, que ha obtenido premios a la calidad y a la presentación artesanal, y ha obtenido la marca Parque Natural.
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